Primer Congreso Constituyente

160 PRIMER CONGRESO CONSTITUYENTE con la confianza que en él ha depositado proporcionándole la glo– ria de librar el destino de la patria en sus manos. Hace igualmente presente que si admitiese las gracias que se le han concedido, no lo– graría ver realizados sus deseos, que son dejar al Perú deudor de los miserables desvelos que ha podido consagrarle: y concluye admitiendo el honor de haber merecido del Congreso del Perú su estimación y reconocimiento, y que la medalla que ha mandado grabar con su busto, ella sola colma la medida de sus más ilimitadas esperanzas. El Congreso le oyó con sumo agrado. El Sr. Pedemonte fijó la siguiente proposición: "El Congreso riva– lizando con su moderación y generosidad; no puede prestarse a la i·epulsa que hace el Libertador, pues esta es una pequeña prueba de gratitud, y el Congreso lejos de creer que ha compensado servicios que no tienen precio queda cargado de inmensa obligación''. Fué apro– bada. El mismo señor indicó ser de preferente declaración las fiestas cívicas que debían celebrarse: Primera el seis de Agosto con Te Deum por la batalla de Junín : Segunda el primero de Septiembre fiesta cívica por la entrada del Libertador en Lima. Tercera el nue– ve de Diciembre fiesta cívica por la batalla de Ayacucho. Cuarta el diez y siete del mismo, aniversario de los que murieron en las jor– nadas de Junín y de Ayacucho. El Señor Arce propuso: se declarase fiesta c1v1ca el seis de Agos– to por la batalla de Junín.- Esta proposición y la anterior se man– dó pasar a la Comisión. Se leyó la nota del Ministro · de Estado en el departamento de Guerra y Marina, en la que daba gracias al Congreso por el grado de General de Brigada que le dió. Se oyó con sumo agrado. En seguida se leyó la nota del Vicario del Ejército Doctor Don Pedro Antonio Torres, en que da gracias al Congreso por haber man– dado se le coloque en una de las canongias de esta iglesia metro– politana, y concluye diciendo que esta dignidad exije residencia en esta ciudad, y él se vería en la terrible necesidad de abandonar á Colombia para siempre, y que su conciencia no le perdonaría este crimen. Despues de unas ligeras observaciones el Sr. Pedemonte (Don Carlos) fijó la siguiente proposición: "Que los comisionados que es– tán de próxima partida cerca del Gobierno de Colombia soliciten el permiso para aceptar la gracia, explorando antes la voluntad del in· teresado: y por último, determinó el Congreso se conteste que no ~s­ tando en las facultades admitir renuncias de Jos destinos ó gracias que confiere, y estando el Doctor Torres ei..-pedito suficientemente en

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