Primer Congreso Constituyente

ACTAS DE LAS SESIONES SECRETAS 227 (f. 46 v.) SESION DEL DIA 2 DE ABRIL Aprobada el acta anterior, se leyó el oficio del Presidente de la República en que hace ver el riesgo en que se hallaba la Capital de ser invadida, y propone que el Congreso tome en consideración si deberá continuar sus sesiones en ella, o trasladarse a cualquiera de los pueblos del norte. Se leyeron igualmente los partes datados en Reyes y Azapampa remitidos por los vecinos de esos pueblos haciendo varias comunica– ciones sobre preparativos de los enemigos. El Ministro de Guerra dió cuenta con documentos de todas las noticias relativas a los movimientos de las tropas enemigas y de la fuerza que las componen. El mismo (Ministro) leyó la consulta del Presidente del Tribunal de Seguridad Pública sobre que los reos de su jurisdicción sean juz– gados militarmente, reduciéndose la Junta a un Vocal y Auditor; y expuso que de ella daba cuenta por disposición del Gobierno. Se acordó la remitiese con el c01·respondiente oficio. Retirado el Ministro procedió el Congreso, con los datos necesa– rios, a discutir la indicación del Gobierno. El Sr. Ortiz pidió ante todo fuese pública la discusión, y después de un corto debate se declaró continuase en secreta. A propuesta del Sr. Unanue se acordó dar al público una pro– clama a nombre del Congreso haciendo ver los riesgos y la nece– sidad de prestar to- (f. 47.) da suerte de sacrificios. Quedó dicho Sr. encargad.o de extenderla. Tomada en consideración la indicación del Gobierno, el Sr. Una– nue hizo ver la necesidad de defender la Capital, la facilidad de con– seguirlo, la imposibilidad que el enemigo pueda verificar la marcha, y concluyó diciendo que el Congreso no debía retirarse sino cuando no hubiese probabilidad de defender la ciudad. Le apoyaron los SS. Ortiz, Morales, Figuerola y Carrión. Le im– pugnaron los SS. Colmenares y Miranda. Declarado el punto sufi– cientemente discutido se acordó lo siguiente. Que se conteste al Pre– sidente de la República quedar satisfecho el Congreso del celo que le manifiesta por su seguridad en la nota del 29 del que acaba de expirar; y que ha resuelto no abandonar la Capital y sufrir la misma suerte que el pueblo, mientras que aquella pueda defenderse de cualquiera invasión enemiga a cuyo objeto dirige todos sus desvelos el Gobierno, según lo tiene asegurado al público en la proclama de la misma fecha que la enunciada nota.

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