Primer Congreso Constituyente

ACTAS DE LAS SESIONES SECRETAS 263 SESION SECRETA DEL DIA 29 DE AGOSTO Leída y aprobada el acta del día 27 por treinta y nueve señores, el Sr. Presidente dió cuenta al Congreso de haber conferenciado con el de la República como se había acordado, sobre si tenía alguna di– ficultad para que continuase el Sr. Larrea en Chile, y que éste le había contestado que no. Al tratarse de esto se presentó el Ministro <le Estado, y el Sr. Pedemonte Dn. Carlos observó que estaba resuelto por el Congreso que cuando concurriesen los Ministros se les oyese y concluyesen breve los negocios que motivaran su venida, y que acaso el que originaba su concurrencia en este día podría ser urgentísimo. El Sr. Presidente en conformidad a la exposición del Sr. Pedemonte ordenó al Ministro que hiciese presente al Congreso lo que tuviese que exponer. El Ministro leyó entonces un oficio del Gobierno comu– nicando al Congreso la remisión a Calcuta de Dn. Francisco Carrillo y Mudarra, Do. Andrés Gallo presbítero, Do. Mariano Tramarria, y Bartolomé Buendía, por estar seduciendo la tropa que guarnecía el Cas– tillo de la Independencia, hasta el extremo de haberse desertado ca– torce soldados viejos del Batallón de Rifles. El Congreso quedó en– terado del procedimiento del Gobierno, y se mandó que se le con– testase aprobando la remisión. Leyó últimamente el decreto de ex– trañamiento que se les había intimado por el mismo Gobernador al tiempo de su embarque. Concluída la lectura del Ministro expuso al Congreso a nombre del Presidente de la República cuan necesario era que se autorizase al Gobierno ampliamente para que en la terrir ble crisis de anarquía en que Riva Agüero había colocado el Estado pudiese proceder a extirparla sin que las fórmulas ni ápices jurídicos retardasen las medidas que se tomaren. Que un Padre Francisco ha– bía traído correspondencia para Dn. Andrés Riguero, N. Saavedra, N. Aguirre, y que no se habían adoptado los expedientes enérgicos que demandaba este negocio porque el Presidente de la República trepi– dó por falta de facultades, sin las que sus procedimientos se habrían visto como despóticos. El Sr. Colmenares dijo: que el día anterior le había insinuado el Gobierno lo mismo que había expuesto el Ministro, y que dijese al Congreso que aun cuando se le diesen las más grandes facultades, nunca procedería sin noticiarles de las providencias que tomase por– que estaba intimamente persuadido del alto respeto que merecía esta augusta corporación sin la que no había Estado. El Congreso oyó con agrado los sentimientos sinceros y generosos del Presidente de la República.

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