Primer Congreso Constituyente

362 PRIMER CONGRESO CONSTITUYENTE SESION DEL DIA 8 DE NOVIEMBRE DE 1823 Tratóse del expediente de Eeheandla, y observando que el casa– miento de los conh·ayentes está repetidamente manifestado y siempre de manera que no deja duda de la decisión de ambos por casarse, se acordó que no era necesaria la venida de Da. Josefa para manifestar su voluntad tantas veces declarada. Así por esto como porque el ex– pediente no ha debido girar sino sobre la pena que debió aplicarse a Echean– día y a la Castillo por un paso tan imprudente como el haberse pre– sentado ante el párroco de Piura, a pesar del impedimento que tienen para contraer matrimonio; y sobre si podía o debía otorgarse la dispen– sa necesaria para su enlace, se creyó conveniente que el Excmo. Señor Presidente de la Ilepública rogase y encargase al Gobernador eclesiásti– co la concediese, con respecto a que los menores arrastrados por una pasión fomentada desde su principio, ignorantes de las leyes, no podían tener toda la malicia en su delito, que es castigada severamente por los tribunales; y que aplicándoles una pena suave conforme a la indul– gencia y piedad de la iglesia se ha consultado el decoro de esta, el res– peto a la autoridad y la tranquilidad y honor de una familia distinguida. Diósc cuenta del proyecto de establecer un banco patriótico con ca– pital formado de erogaciones y divisible en tres partes; una para g~s­ tos del banco, otra para el Estado y otra para suertes de cuatro, seis, ocho o diez pesos; todo segun el respectivo reglamento que se acordó pasar a informe de los sefiores Diegucz y Morales. Leyósc el reglamento de las elecciones proyectado por los se1iores Ostolaza y Cuellar, y se mandó pasar al Gobierno para que ordenase su circulación en los pueblos que van a hacer elecciones. (Obin. T. 1, págs. 347-348) . SESION DEL DIA 11 DE NOVIEMBRE DE 1823 S. E. el Presidente de la República dijo:- que era necesario enviar a Roma un comisionado que haciendo presente el estado actual de las Amóricas, la debilidad e impotencia de la Esp!ll'ía, para sojuzgarlas de nuevo, la necesidad de conservar la unidad de la iglesia y arreglar 1 11 disciplina en este Estado, celebrnsc un Concordato para transar los ne· gocios eclesiásticos del Perú, cuya creencia en nada es dependiente do In península. Afindió S. E. algunas reflexiones de igual peso y los JI.U. scñorrs convinieron llll¡\nimemcntc en que se enviase al cclesi1\stico de

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx