Antología de la Independencia del Perú

2 ANTOLOGIA ciona sus puntos de vista. A la motivación indigenista y reivindicato– ria del incanato, a la simple revancha de casta, seguirá un sentido de integración peruanista avasallador. Esta visión aglutinante de Túpac Amaru procede, en lo esencial, de la tradición imperial incaica. Cuando se produce su levantamiento armado, Túpac Amaru bus– ca ~-xtender la prédica proselitista. Su Epistolario y sus Bandos cons– tituyen una prueba, más allá del interés circunstancial, de la treta es– tratégica. El mayor temor del caudillo es la interna división que con– templa alzarse entre indios y mestizos y en cada una de dichas castas. Por eso su lenguaje es conciliador para los criollos que acepten su mo– vimiento y hasta para los peninsulares que lo siguiesen. Cuando Tú– pac Amaru da el grito rebe1cle, todos los grupos no-privilegiados siguen sus banderas. Al ejecutar un Esclavo al temido corregidor Arriaga, los negros se unen al movimiento. Esto determinará su Bando de liber– tad, documento ' fundamental para la historia social del Perú -.grito ejemplar que San Martín y Castilla imitarán. La victoria de Sanga– rara incrementa la participación de las castas explotadas. Los escritos del caudillo son moderados. No desea asustar a na– die. Se presenta como ejecutor de un mandato del monarca, lucha por la defensa económica de los súbditos más necesitados, a quienes agobian las excesivas cargas fiscales o "pechos", y porque la justicia social se realice. Esta actitud de resonancia hispanoamericana persiste hasta el levantamiento del cerco del Cuzco, ·al pasar de la ofensiva a una posi– ción defensiva. Entonces paulatinamente, Túpac Amaru varía de con– ducta. Del inicial fidelismo característico, de la búsqueda de justicia social pasa a una clara posición independentista, objetivada en su Bando histórico donde "José I" apenas conserva un débil hilo relacio– nante con el Imperio colonial hispánico. En este momento hay un cla– ro entrecruzamiento de diversos intereses de casta. Los indios y otros grupos no-privilegiados desean, a cualquier precio, romper un yugo in– soportable, estiID;ulados por el recuerdo de sus an~ig1:1as grandezas_. Las autoridades penmsulares buscan ahogar el mov1m1ento subversivo en sus territorios ganados per:petuamente por derecho de invasión y con– quista. Ellos saben bien lo· que ocurr~, _como lo prueba la existencia del texto en copia reservada de las "Noticias Secretas" en el Cuzco, texto que perteneció al visitador Areche y que conoció y utilizó su amigo el canónigo peninsular Ximénez de Villalba. Por eso, Areche enuncia la tesis independentista del levantamiento de Túpac Amaru. Es un pun– to de vista que aquí recojo y defiendo a la luz de una nueva documen– tación -en su mayor parte inédita. Por último, un grupo intermedio, predominantemente criollo, aspira a reformas saludables, llegando has– ta un gobierno virreinal propio que no desconoce la autoridad del Rey. Esta nueva etapa también muestra su incremento táctico. Prime– ro aparece en forma mitigada. Exige la presencia de un Virrey perua– no. Túpac Amaru cambia la versión criolla. En lugar de un Virrey limeño, aboga por un Virrey cusqueño que acredite descender de la an– tigua familia imperial incaica. Su planteamiento es uno de los más audaces dentro de su brevedad. · En ese momento comienza "a desa– brochar" su decisión independentista. La carta decisiva se jugará en el momento postrero. Antes seguirá sondeando. Pedirá al Visitador cosas circunstancialmente inaceptables para el Virrey y el Rey de Es– paña: que los corregidores sean sustituidos por alcaldes mayores, que

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