Antología de la Independencia del Perú
6 ANTOLOGIA Túpac Amaru contra la "Mita" El Virrey, al recibir el dictamen de Areche ordenó que el Corre– gidor de Potosí extinguiera sin dilación el servicio y cumplimiento de las mitas en dinero, abuso que también había introducido la codi– cia. Entonces Túpac Amaru, con gran habilidad, y claridad irrefuta– ble, presentó el siguiente recurso, inédito, como también el dictamen de Areche. Entonces, Túpac Amaru dijo así: Ecmo. Señor: "D. José Túpac Amaru, cacique de los Pueblos de Surimana, Pam– pamarca y Tungasuca en la Provincia de Canas y Canchis (Alias) Tin– ta, en nombre de los Caciques de los demás Pueblos de la dicha Pro– vincia y en virtud de sus poderes que en debida forma presenta pues– to a los pies de V. E. con su mayor rendimiento dice: Que el suplicante por lo respectivo a sus pueblos hizo a V~ E. la más humilde representa– ción a beneficios de aquellos Indios que le son sujetos por los impon– derables trabajos que padecen con la Mita de Potosí en una distan– cia de más de 200 leguas, y lo que es más el gravísimo daño de la ex– tinción de los pueblos en el visible experimental menoscabo de sus In– dios que obligados con sus mujeres y con sus hijos hacen una dolorosa despedida de su patria, y de sus parientes, por que la rigidez y la esca– brosidad de los caminos los mata, los aniquila el extraño temperamento y pesado trabajo de Potosí, o su indigencia no les da arbitrio para regre– sar a sus pueblos cuando la calamidad no ha acabado antes con su vida. "Los demás pueblos de la Provincia padecen igual infeliz suerte y todos claman por el alivio de una insoportable pensión que siempre ha sido grande; pero en los primeros tiempos era multiplicado sin com– paración el número de indios y podían turnar las Mitas con alguna tregua y con algún descanso. Sucedía entonces lo que hoy sucede, pero de diversa manera. Entonces morían los indios y desertaban, pe– ro los Pueblos estaban numerosos, y se hacía menos sensible; hoy en la extrema decadencia en que se halla, llega a tocar el imposible del cum– plimiento de la Mita, por que no hay indios que las sirvan, y es nece– sario que vuelvan los mismos, o que los caciques allanen la voluntad de otros forasteros para que la completen pagándoles de su dinero el importe en que se aju~ta. "Entonces iban por escasez de gente a trabajar en unas Minas ricas, y a sacar sus metales en beneficio público, y hacían el servicio del Rey como sus humildes vasallos en asunto de tanta· importancia a la Real Corona y al Reino; hoy llenos de miserias van a servir a los que sólo tienen el nombre de Mineros que en deficiencia de metales hacen granjería de la mita alquilando a otros los Indios de su repartimiento u ocupándolos en escoger metales de la brasa que llaman aventurar en que después de ser prolijo el trabajo les obligan a cumplir con la tarea del mismo modo que si estuviesen prontos los metales para cargarlos; de manera que la tarea de un día apenas la pueden ganar en tres.
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