Antología de la Independencia del Perú
AN T OLOGIA · 15 Sentencia contra Túpac Amaru, Micaela Bastidas y familiares _En la causa criminal, que ante mí pende, y se ha seguido de ofi– cio de la Real Justicia, contra José Gabriel Túpac Amaru, cacique del · pueblo de Tungasuca, en la provincia de Tinta, por el horrendo crimen de rebelión o alzamiento general de los indios, _mestizos y otras castas, pensado hace más de cinco años, y ejecutado en todos los territorios de este Virreinato y el de Buenos Aires, con la idea (en que está conven– cido) de quererse coronar Señor de éllos y libertador de las que llaman miserias de estas clases de gentes, que logró seducir, a la cual dio prin– cipio con ahorcar a su corregidor D. Antonio Arriaga: observados los términos de las leyes, en que ha hecho de acusador fiscal el D.D. José Saldívar y Saavedra, abogado de la Real Audiencia de Lima, y de defen– sor el Dr. D. Miguel de Iturrizaga, también Abogado de la propia Au– diencia, vistos los autos y de lo que de ellos resulta:- . Fallo, ·atento a su mérito, y a que el reo ha intentado la fuga del calabozo en que se halla preso, por dos ocasiones, como consta de fojas . . . . . e igualmente a lo interesante que es al público, y a todo este reino del Perú, para la más pronta tranquilidad de las provincias sublevadas por él, la noticia de la ejecución de la sentencia, y su muerte, evitando con ella las varias ideas que se han extendido entre casi toda la nación de los indios, llenos de supersticiones, que los inclina a creer la imposibili– dad de que se le imponga pena capital, por lo elevado de su carácter, creyéndolo del tronco principal de los Incas, como se ha titulado, y por eso dueño absoluto y natural de estos dominios y su vasallaje: ponién– dome también a la vista la naturaleza, condición, bajas costumbres y educación de estos mismos indios y de las otras castas de la pleb~, las cuales han contribuído mucho a la mayor facilidad de la ejecución de las depravadas inclinaciones de dicho reo José Gabriel Túpac Amaru, teniéndolos alucinados, sumisos, prontos y obedientes a cualesquiera orden suya; que han llegado los primeros hasta resistir el vigoroso fuego de nuestras armas, contra su natural pavor; y les ha hecho manifestar un odio implacable a todo europeo, o toda cara blanca, o Pucacuncas, -~orno ellos explican, haciéndose autores, él y éstos, de innumerables estragos, insultos, horrores, robos, muertes, estupros, violencias inau– ditas, profanación de iglesias, vilipendio de sus Ministros, escarnio de las más tremendas armas suyas, cual es la excomunión, contemplándo– se inmunes o exceptos de ellas, por asegurárselo así, con otras malditas inspiraciones el que llamaban su Inca; quien al mismo tiempo que pu– blicaba en las innumerables convocatorias, bandos, órdenes y suyas (de que hay bastantes originales en estos autos), que no iba contra la Iglesia, la privaba, como va dicho de sus mayores fuerzas y potestad, haciéndose legislador en sus más sagrados arcanos y ministerio; cuyo sistema seguía del propio modo contra su legítimo Soberano, contra el más augusto, más benigno, más recto, más venerable y amable de cuan– tos monarcas han ocupado hasta ahora el trono de España y de las A– méricas, privando a una y a otra potestad de sus más altas prerroga– tivas y poder; pues ponía en las doctrinas, curas; se recibía en las igle– sias bajo de palio; nombraba justicias mayores en las provincias; qui– taba los repartimientos o comercio permitido por tarifa a sus jueces; le- . vantaba las obvenciones eclesiásticas; extinguía las aduanas reales y otros derechos que llamaba injustos; abría y quemaba los obrajes, abo– liendo las gracias de mitas que conceden las leyes municipales a sus
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