Antología de la Independencia del Perú

320 ANTOLOGIA zó la carta que ha arrancado a vuestra ferocidad víctimas inocentes y , generosas, conducidme al suplicio, porque yo la he escrito". Continúa su terrible víacrucis hacia el lugar designado, en me– dio de un numeroso gentío que se apiñaba más y más. Llegado que ·hubo a la plazuela del Arco, donde se había levantado el patíbulo, reci– bió los auxilios espirituales . Se iba ya a descargar sobre ella el arma homicida, cuando se tuvo por conv~niente amonestarla por última vez para que manifestara la verdad, prometiéndole la vida; mas ella rechazó la proposición sin vacilar un instante. Debía, pues, cumplirse de un modo inevitable la ejecución. Doña María, resignada a sufrir el último suplicio, se arrodilló espontáneamente, dirigió una mirada intensa al cielo, como quien de– mandaba un socorro, y en esta actitud recibió la muerte ... Una mujer luchando contra las insidias de los enemigos de su patria; una mujer exponiendo su propio bienestar y la tranquilidad de su familia para servir la causa de los corazones varoniles, de las almas fuertes, la causa de la libertad; una muier, en fin, sacrificando su mis– ma existencia antes que violar un secreto y condenar a un amigo; he ahí el espectáculo que entonces ofreció Ayacucho a las atónitas mira– das del mundo. Dos tiros de fusil disparados uno tras otro bastaron para dar fin a esa débil y delicada existencia. Una hora después el cadáver se hallaba expuesto a la puerta del Templo de La Merced, cubierto con el hábito de la Orden del con– vento de este nombre. A las tres de la tarde era depositado en el mismo templo. Tal es, trazado a grandes rasgos, el esbozo biográfico de María Parado de Bellido. En la Grecia de los tiempos antiguos hubiera sido la esforzada Leona cortándose la lengua con los dientes, antes que el tirano Ilipias le escuchara ninguna confesión. En la poderosa Roma se hubiera visto al lado de la ilustre Cornelia, inspirando a sus hijos, los gracos, la defensa de los derechos del pueblo y el amor de la gloria. En la Francia de los siglos medios hubiera sido otra Juana de Arco, es– grimiendo la pica contra los opresores de su patria [ ... ] . Esta biografía escrita por el bisnieto de la heroína, Dionisia Miranda, fue publicada en el periódico ayacuchano El Debate, y el artículo fue tras– crito por Fidel Olivas Escudero, Apuntes para la historia de Huamanga o Ayacu– cho (Ayacucho, 1924), págs. 122-129. El mártir Olaya Lima diciembre 18 de 1861.- De conformidad con lo opinado por el Agente Fiscal, notifíquese a Doña Juana de Dios Manrique de Lu– na. comparezca, jure y declare a tenor de las preguntas que contiene la solicitud que precede, lo que verificará al segundo día de notificada a horas del despacho - Olivares - Ante mí - Lorenzo Ordóñez.

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