Antología de la Independencia del Perú

LAS PARTIDAS DE GUERRILLAS PATRIOTAS Los grandes historiadores de /a independencia han sido por lo ge– neral extranjeros. Tal es el caso J-e Bartolomé Mitre y Gonzalo Bulnes, quienes escribieron magníficos relatos de nuestra independencia; p'ero, siguiendo la tendencia común de su época, pusieron énfasis en los gran– des personajes y por ello, indelib2radamente quizá, deprimieron la labor de los peruanos. Entre los grandes forjadores de la independencia están aquellos anó– nimos miembros de las guerrillas y montoneras patriotas. Alentados_ por la llegada de San Martín¿ empiezan a actuar con singular ef.icacia con– tra las fuerzas realistas. Sin la pretensión de éxitos imposibles en ba– tallas formales, acosan constantemente al · ejército del Rey con sorpre– sivos ataques, hostilizando unidades¿ cortando comunicaci'ones, destrozan– do convoyes de avituallamiento, apresando rezagados en las retiradas, capturando cabalgaduras y ganados. Los únicos que presentan lucha a las tropas realistas en la región de Lima, antes de la toma de la capitat son esas partidas cuya auda-: cia les lleva a asaltar tropas y tomar los ganados y armas en las mismas vecindades de las murallas limeñas, impidiendo la llegada de las impres– cindibles vituallas, completando as, por tierra el bloqueo que Lord Cochra– ne había iniciado en el mar del Callao. De la labor de las partidas de guerrillas, ofrecemos algunos testi- . monios para ilustrar tan meritorios esfuerzos. Significación de las guerrillas Por su honda , significación peruanista, por las provechosas re– percusiones de índole política y militar que tuvo en el proceso de nues– tra guerra separatista, ninguna contribución tan importante como la de los guerrilleros, que actuaron en la sierra central, en lo que son hoy los departamentos de Junín, Huánuco, Paseo, parte de Lima, An– cash y Ayacucho, desde julio de 1821 1 en que el ejército realista, lue– go de abandonar la capital con el Virrey La Serna, fijó su base de ope– raciones en el extenso valle del Mantaro, hasta el año 1824, en que se dieron las jornadas decisivas de Junín y Ayacucho, que pusieron término a la dominación española en la América del Sur . Durante ese lapso, de triunfos y reveses para las armas patrio– tas? los guerrilleros posesionados de los pasos estratégicos que comu– nican las cabeceras de costa con la sierra, o movilizándose a lo largo de las punas de Yauli, Junín y Paseo, constituyeron la mejor garan– tía, para la preparación del ejército libertador en los departamentos del norte, en los meses precedentes a la apertura de la campaña de Junín, para la seguridad de los pobladores, que tanto necesitaron de su valioso concurso, tanto para la defensa de sus propiedades, como de su vida misma, y para la protección de una vasta y rica zona agro– pecuaria y minera, que gracias a su intervención continuó explotán– dose en beneficio del bando patriota.

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