Antología de la Independencia del Perú

330 ANTOLOGIA torno de Valparaíso, cuando en procura de víveres para el ejército pa– trinta acantonado en aquel puerto, debió sortear las peligrosas explo– racinnes que realizaba el enemigo. "Yo era -dice Vidal- el que con cien hombres de mi compañía quien proporcionaba los víveres tanto para la escuadra como para este lazareto, teniendo encuentros dia– rios, tanto con una compañía del batallón Cantabria a las órdenes del capitán español Navajas, cuanto con las milicias de aquel pueblo" (1). Fumigado el barco, Vidal retornó a Chile y aquí se hizo nota– ble por el valor que demostró en la toma del fuerte de Valdivia, hecho que concitó la justificada admiración y elogio de cuantos lo presen– ciaron. Regresó con posterioridad al Perú y sufrió un grave percan– ce en la caleta de Huarmey, el 20 de agosto de 1820, en compañía de Barrenechea y Pagador, con quienes era portador de la correspon– dencia de San Martín, la que se perdió en el mar. Vidal, a partir de este incidente, se quedó en el Perú y dió co– mienzo a su vasta obra en favor de nuestra independencia. Entre sus primeras hazañas podemos citar aquella que se manifestó con un asal– to al enemigo, capturándole armas y 150 prisioneros, que fueron en– tregados a San Martín en Huacho. Este acto de arrojo le valió el as– censo al grado de Capitán. San Martín, reconociendo sus especiales dotes de organizador, le encomendó la formación de _un cuerpo mili– tarizado a base de efectivos pertenecientes al Granaderos a Caballo, en el que se incorporó buen número de supanos, entre ellos su her– mano Félix, Francisco y Silvestre Elguera y Ramón Cavero. , Cumpliendo órdenes del Libertador, se dirigió .posteriormente en busca de Arenales, con quien se encontró a su vuelta de la expedi– ción a la sierra central, siendo destacado al pueblo de Huamantanga, donde se apoderó de buena suma de dinero del enemigo (2) . L:;:ts operaciones militares de Vidal y sus hombres se desenvol– vieron luego en Chancay, Macas y Collata, punto este último donde requisó buena cantidad de ganado, que fue remitido a San Martín con Inocente Zárate, que en recompensa de sus servicios fue destinado a la jefatura de una partida de guerrilleros (3). Dos encuentros de importancia sostuvo, después, con el ene– migo: en Chaclia y Quillcamachay, puntos cercanos a Chosica; derro– tando en el último de los lugares nombrados al batallón realista "Unión Peruana", cuyos efectivos fueron hechos prisioneros· en su mayoría . Cumplida esta misión se trasladó a la quebrada de Yangas (Valle del Chillón) , no sin antes sostener encuentros con destaca– men tos enemigos . En ·su marcha ascensional a la sierra, alcanzó los pueblos de Canta y Obrajillo. El jefe realista Ricafort, que al mando de 3,000 efectivos se hallaba posesionado de Culluhuay, punto que con– duce a la cordillera de La Viuda, envió efectivos del "Imperial Alejan– dro" a órdenes del Tnte. Crnl. Garrido para batir a Vidal; pero éste había tomado las precauciones pertinentes y logró tomar la iniciativa en el ataque y derrotó a las fuerzas atacantes, las que fueron engrosa– das con las que venían bajo el mando personal de Ricafor~, quien obli- 0) Vid al, Francisco de. " Mem o ria " escrita. e tc. En: Rev. " Fénix" N<? 6, p. 600. (2) Vidal, Francisco de. "Memoria" cit. p p . 606-607. (3 ) Vida l, Francisco de. " Mem oria" cit . p p .607.

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