Antología de la Independencia del Perú
ANTOLOGIA 27 Del matrimonio de don Juan Bautista Baquíjano con doña María Ignacia Carrillo, nacieron los siguientes hijos: Juan Agustín, que, como-primogénito, heredó el título y el mayo– razgo anexo. Se educó en el Seminario de Nobles en Madrid. Fue ca– ballero de Santiago, y en 1775 alcalde ordinario de Lima. Pasó gran parte de su vida en España, y murió en Génova el año 1807. _ Juana Rosa, que casó con.don Andrés, Francisco de Maldonado, Sa– lazar y Robles, caballero de Calatrava, alcalde ordinario _de Lima en 1784, descendiente del conquistador Diego de Maldonado y poseedor de su mayorazgo. Josefa, que casó en primeras nupcias con el teniente de navío don José Ventura Ramírez de Laredo y Encalada, conde de San Javier y Casa Laredo, caballero de Santiago, el cual murió en 1786, en el naufragio del San Pedro Alcántara; y en segundas nupcias, con el brigadier don Francisco Gil de Taboada, sobrino del virrey del mismo nombre. José Javier, cuya vida se narrará sucintamente en este artículo. Francisca, que casó con don José Antonio de Salazar y Breña, ca– ballero de la orden de Carlos III y alcalde ordinario de Lima en 1767. · Mariana, casada con don Jerónimo Manuel de Ruedas Morales que en 1770 era fiscal de la Audíehcia de Lima y que fue después regente de la de Charcas. Ignacio, que murió de menor edad. Catalina, casada con el coronel don Domingo Ramírez de Arellano y Martínez de Tejada, caballero de Calatrava y prior del Consulado en los años de 1793 y 1794. II Don José Javier Leandro Baquíjano y Carrillo nació en Lima el 13 de Marzo de 1751. Su condición de hijo segundo lo destinaba de an– temano a la carrera de las letras, porque era costumbre inviolable, o poco menos, que los segundones de títulos y mayorazgos se dedicaran a la toga o a la iglesia. Estudió primero en el Real Colegio de San Mar– tín, dir~gido por los Jesuítas; y pasó después al Seminario de Santo To– ribio, cuyo rector era la sazón el canónigo don Agustín de Gorricháte– gui. En el período que media entre la expulsión de los Jesuítas y refor– ma del Colegio de San Carlos por Rodríguez de Mendoza, el Seminario de Santo Toribio era el centro de la ilustración de la colonia, el foco de los estudios teológicos y filosóficos en el Perú. Baquíjano se distin– guió bien pronto entre todos sus condiscípulos por su aprovechamiento y precocísima inteligencia. Los que escribieron su elogio, no omiten nunca sus tempranos triunfos de estudiante, que, a lo que parece, fue– ron extraordinarios. "Cuando los hombres apenas se hallan capaces de aprender estaba cansado de enseñar. Trece años tenía, y ya lograba contemporizar con los sabios ancianos'' (4). "Sin llegar al tercer lus– tro de sus años, ya corona c<;m la borla doctoral sus sienes, ya tiene dis- ( 4) Elogio que en las conclusiones de toda Teologia, dedicadas en la Universidad de San. Marcos al Excmo. Sr. Conde de Vistaflorida, consejero de Estado, dijo el Dr. D. Francisco Valdivieso y Pradas; pág. 4_.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx