Antología de la Independencia del Perú
AN'I'óLOGIA 52i del Congreso en Lima a 19 de Marzo de 1823 .- 49 - y 29 de la Repú– blica.- Nicolás de Araníbar, Presidente.- Mariano Quesada y Valien– te, Diputado secretario.- Gregorio Luna, Diputado secretario. - Por tanto, ejecútese, guárdese y cúmplase en todas sus partes por quienes convenga. Dará cuenta de su cumplimiento el Ministro de Estado en el departamento de gobierno. Dado en el palacio del Supre– mo Gobierno en Lima a 19 de Marzo de 1823.- 49 - 29 - José de fa, Riva Agüero.- Por orden de S. E.- Francisco Valdivieso. "Riva Agüero es nombrado Presidente de la República por el Congreso", Decretos de Lima, 28 de febrero de 1823 y 1 Q de marzo de 1823, en Gaceta del GobieTno (Lima, 19 de marzo de 1823) tomo IV, N9 18, págs. 1-2 . La Academia Militar del Perú EL PRESIDENTE DE LA REPUBLICA PERUANA: Por cuanto conviene al ejercicio del poder que el Soberano Con– greso le ha confiado. , El arte de la guerra no es como equivocadamente piensa el vul– go, el resultado de sólo el valor. El está sujeto a reglas y principios teóricos y prácticos, que deben estudiarse y poseerse, como en cual– quiera de las otras artes, para conseguir el acierto. Todo militar que obre únicamente por el genio, podrá tal vez conseguir ventajas debidas a la casualidad; pero la falta de principios lo hará cometer en muchas ocasiones errores funestos. Es ya éste un cony~_ncimiento general de las naciones cultas, en las que no se confía la defensa, sino a oficia– les que han empezado su carrera por el estudio metódico de la profe– sión militar. La misma España, que sintió al principio de la guerra con Francia la insuficiencia de las tropas colecticias, y oficiales inex– pertos, se vio en la precisión de formar establecimientos para instruir– los. En todas partes se han erigido colegios militares para la enseñan– za de los jóvenes que han de manejar después las armas; y es la dis– ciplina científica anticipada la que ha llevado a su perfección la ca– rrera más gloriosa. El Perú ciertamente necesita en la época actual de_esta providencia para hacerse respetable. Su juventud no ha teni– do una ocasión para ser guerrera, antes de nuestra independencia, y después de ella, por una falta de previsión no se ha tratado de instruir– la en un ramo tan importante. De aquí es que carecen nuestro ejér– cito y escuadra de jóvenes peruanos militares y marinos. Deseando pues yo dar desde luego, al estado un carácter militar, y establecer de un modo serio la disciplina, he resuelto lo siguiente: 1. Se erigirá una Academia Militar con la dotación necesaria de oficiales instructores, y fondos suficientes a la que deben dedicarse indispensablemente los cadetes, que al presente existen en los cuer– pos de todas armas del ejército del Perú. 2. En dicha academia se establecerá igualmente la instrucción de guardias marinas para que en ella adquieran los conocimientos ne– cesarios a su destino. 3. Los hijos de los militares que se hayan batido y de los pa– triotas que hayan padecido por la causa, serán admitidos en la acade– mia, con preferencia a cualesquiera otros que quieran entrar en ella.
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