Antología de la Independencia del Perú

GOBIERNO DEL LIBERTADOR BOLIVAR La esplendorosa vida de soldado y revolucionario del Libertador Bo– lívar alcanza su apogeo en el Perú. Es aquí donde Bolívar, con la aureola de la victoria de Ayacucho v libre ya de las absorbentes preocupaciones de la guerra, consagra su talento y su genio a las tareas de gobierno . Desde ~u llegada al Perú (setiembre de 1823) hasta la batalla de Ayacucho (diciembre de 1824), el Libertador_. a pesar de encontrarse en– fermo, se entrega a formar el ejército que sellaría en Ayacucho las lu– chas iniciadas en 181 O por la independencia. En esos intensos meses, no hay obstáculo que no supere Bolí•1ar.. 9in detenerse ante su propio sacri– ficio ni ante el dolor de la esquilmada población . . Bolívar dedica /os años 1825 y 1826 a sus labores de gobernante. Todas los planes que había concebido desde su juventud para el bien de América, trata de concretarlos en disposicioneS1 legales, algunas de las cuales transcribimos. Bolívar muestra en su legislación un afán evidente por mejorar la educación, que él consideraba la base de la grandeza nacional; preocupa– ción económica aue se traduce en el decreto oue crea la Sociedad- Econó– mica de Amante; del País y en las disposicione~ ~;obre minería, agricultura , tierras, construcción de caminos., reglamento de comercio, etc. Un anhelo de una América unida, se hace evidente en Ia convocatoria del Congreso Americano de Panamá . . . , Finalmente, la llamada Constitución Vitalicia, no obs,tante sus aspec– tos discutibles . revela aue el nenia de Bolívar vio ("!Ue la realidad ame– ricana exige ·fórmulas - distintds a las europeas. Antecedentes de la llegada de Bolívar [ . .. ] Debe Ud. contar con que va a lidiar con un enemigo muy ex– perto, que posee todos los recursos para la guerra, que es dueño de lo mejor del país y que está sostenido por 14,000 hombres de los cuales puede poner en campaña 8 a 10,000, que va a obrar en países escasos y que si se mueve de frente hay que llevar todo, todo, empezando por carne y pan para el soldado, y por granos para las bestias y acabando por llevar caballos, cuantos son necesarios parª' la caballería y algún sobrante; mulas para todos los bagajes, que son muchos, pues me ase– guran que es indispensable dar a cada oficial dos bestias de carga pa– ra su ropa, cama y comida, y muchas más para el parque, -en doble cantidad que el número de cargas, porque al entrar en la cordillera las bestias de la costa se inutilizan, y la falta de pasto (por cuya. razón es preciso llevar granos para la caballería y mulas) las destruye en términos de dejarlas inservibles; que por tanto, desolado y desierto como ·está el territorio a las inmediaciones del enemigo y aún donde él está, no es posible llevar una masa de más de 6,000 hombres y este número con mil y mil dificultades; y al mismo tiempo las posiciones del enemigo son fuertes, y aseguran que las han fortificado, y que son defensibles con un tercio menos de las tropas que las ataquen; y que además es muy duro el temperamento para los hombres y para las bestias; que en cualquier parte de la costa a donde se dirija el resto del ejército para obrar, o por la retagu~rdia o por los flancos del ene-

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