Antología de la Independencia del Perú
ANTOLOGIA 539 Tal ha sido el primer suceso de la campaña; algunos de nues. tras escuadrones solamente han destruído la orgullosa caballería espa– ñola y toda la moral de su ejército. S. E. el Libertador, testigo del valor heroico de los bravos que se distinguieron en el día de ayer, recomienda a la admiración de la América al señor General Necochea que se arrojó a las filas enemigas con una impetuosidad heroica, hasta recibir siete heridas; al Sr. Ge– neral Miller, que con el primer regimiento del Perú, flanqueó al ene– migo con mucha habilidad y denuedo; al Sr. Coronel Carbajal, que con su lanza dio muerte a muchos enemigos; al Sr. Coronel Silva, que en medio de la confusión del combate, rehizo parte de su cuerpo que estaba en desorden, y rechazó los escuadrones que lo envolvían; al señor Coronel Bruix, que con el capitán Pringles, algunos oficiales y granaderos de los Andes, se mantuvo firme en medio de los peligros; al Comandante del primer escuadrón del regimiento de caballería de línea del Perú Suárez, que condujo su cuerpo con la destreza y resolu– ción que honrarán siempre a los bravos del Perú; al comandante Sawbry del 29 escuadrón, que· gravemente enfermo se arrojó a las lan– zas enemigas hasta recibir una herida; al comandante Blanco del 39 escuadrón; al mayor Olavarría; al bravo comandante Medina, edecán de S. E. el Libertador; y al capitán Allende del primer escuadrón del primer regimiento del Perú; al capitán Camacaro de Húsares de Co– lombia, que con su compañía tomó la espalda de los escuadrones ene– migos y les cortó el vuelo de su instantáneo triunfo; a los capitanes Escobar y Sandoval de granaderos, y a los capitanes Jimenes y Pe– raza de Húsares de Colombia; a los tenientes Segovia y Tapia, y alfé– rez Lanza que con el mayor Braun persiguieron a los escuadrones ene– migos hasta su infantería. Sería, en fin, necesario nombrar a todos nuestros bravos de caballería, si hubiésemos de mencionar a los que se distinguieron en este combate memorable, que ha decidido ya de la suerte del Perú. Cuartel General en Reyes, a 7 de agosto de 1824.– El General Jefe.- Andrés Santa Cruz. "Parte de la batalla de Junín", Reyes, 7 de agosto de' 1824, en Gaceta del Gobierno (Trujillo, 25 de setiembre de 1824), tomo VI, N9 42, págs. 1-2. Proclama después de la Batalla de Junín ¡PERUANOS! La campaña que debe completar vuestra liber– tad, ha empezado bajo los auspicios más favorables. El ejército del General Canterac ha recibido en Junín, un golpe mortal, habiendo perdido por consecuencia de este suceso un tercio de su fuerza, y toda su moral. Los españoles huyen despavoridos abandonando las más fértiles provincias, mientras el General Olañeta ocupa el Alto Perú con un ejército verdaderamente patriota y protector de la libertad. !Peruanos! Dos grandes enemigos acosan a los españoles del Perú, el ejército unido, y el ejército del bravo Olañeta, que desespera– do de la tiranía española, ha sacudido el yugo, y combate con el ma– yor denuedo a los enemigos de la América, y a los propios suyos. El General Olañeta y sus ilustres compañeros son dignos de la gratitud
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