Antología de la Independencia del Perú
ANTOLOGIA 545 que había practicable, el cual distaba del que, llevaba Sucre de 15 a 20 leguas, hacía imposible las marchas y contramarchas que indica el diarista, porque aun en el supuesto de que el terreno las hubiese per– mitido, cualesquiera de ellas hubiera sido contradecir riuestro plan de campaña, que era, según se ha dicho, el sacar los enemigos de los te- · rrenos fragosos o inaccesibles que ocupaban, amenazando constante– mente o interceptando como se hizo más de una vez, su línea de ope– raciones. El diarista, que por la obscuridad de su posición no estaba al alcance del pensamiento primitivo que conducía al Ejército, y que por otra parte ha escrito su Diario en Madrid mucho después de los suce– sos, habla de las operaciones como si hubiesen tenido lugar en las lla– nuras abundantes de Castilla; ha olvidado que estábamos en las fal– das de los Andes; no ha querido acordarse de la falta casi total de re– cursos de aquellos países; ha dado como sabido en el acto de los mo– vimientos, lo que se supo después de terminada la campaña; ha su– puesto alternativamente que teníamos y que no teníamos noticias; que los pueblos eran fieles o rebeldes; por fin lo ha acomodado todo al objeto particular que se proponía en cada párrafo, y por consiguiente, ha incurrido en las vulgaridades y contradicciones chocantes que se dejan ya anunciadas y q_ue se advertirán sucesivamente. El 16 y 17 se supone campado el Ejército a dos leguas de Pam– pachiri, y el 19 sitúa la vanguardia a las inmediaciones de Huamanga, distante de Pampachiri siete jornadas; ¡y esto se llama Diario! El Ejército estaba estos días en las inmediaciones de Vilcashuamán, que dista seis jornadas del punto que expresa el diarista. ' La vanguardia se separó el 15 y no el 19, y la columna de caza– dores ocupó a Huamanga el 16. El reconocimiento de la vanguardia sobre Huamanga fue una consecuencia precisa del sist.ema de opera– ciones que se había adoptado y tuvo el objeto importante de adquirir noticias positivas del número, estado y calidad de los refuerzos que venían de Guayaquil en dirección del Valle de Jauja; figurar una in– terposición entre éstos y el Ejército de Sucre, y apoderarse de paso de los repuestos que tenían en aquel punto, como en efecto se verificó, tomándoles algunos prisioneros, entre ellos el Teniente Coronel que cita, muchas cargas de municiones, 300 cañones de fusil, medicinas que nos hacían mucha falta y otros varios efectos. La operación de ocupar a retaguardia la capital más interesan– te que había hasta Lima, interceptar completamente su línea de co– municaciones, introducir la alarma en las provincias del Norte y de– jar cortado completamente el Ejército de Sucre, la llama el diarista un movimiento provechoso a los enemigos. Está equivocada la fecha, como se hallan todas las anteriores, pues la ocupación de Huamanga fue el 16 como queda dicho, y el 21 se encontraba el Ejército todo reunido en Concepción. Es cierta la deserción de la mayor parte de la compañía de ca– zadores del primero del Imperial; como lo es igualmente que las otras tres tuvieron también bastantes bajas; una sola marcha de tres horas de noche produjo esta desgracia en unas compañías de preferencia; fór– mese juicio del estado del Ejército y de la situación de unos Genera– les, que no podían contar con sus soldados cuando los perdían de vis– ta por cualquier motivo. [ ... ]
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