Antología de la Independencia del Perú

604 ANTOLOGIA ra suerte de Cuba y Puerto Rico, conservados todavía por España y que se temía fuesen posible cabeza de puente para intentonas restaurado– ras de la antigua metrópoli, amenaza acerca de la cual no faltaban alar– mistas rumores. A todo ello se agregaba el problema del reconocimien– to de los nuevos Estados por los Estados Unidos y por los países del Viejo Mundo. Chile, sumido en la anarquía y desconfiando de Bolívar, no man– dó delegados a la cita de Panamá. Argentina, también por recelo al Li– bertador, se abstuvo. Los representantes de la flamante República de Bolivia no llegaron a embarcarse. Concurrieron, pues, el Perú, Colom– bia (que abarcaba entonces la República que hoy lleva ese nombre, Pa– namá, Venezuela y Ecuador), México y Guatemala, que entonces com– prendían a toda América Central. Antonio Larrazábal y Pedro Malina representaron a las Provincias Unidas d~ Centro de América; José Ma– riano Michelena y José Domínguez a México; Pedro Gual y Pedro Brice– ño Méndez a Colombia; Manuel Loreriz-o de Vidaurre y José María de Pando y luego (en reemplazo de éste) Manuel Pérez de Tudela, al Perú. Los delegados peruanos llegaron a Panamá en junio de 1825, con un año de anticipación. Santander, en nombre de Colombia, invitó a los Estados Unidos, uno de cuyos representantes murió y el otro llegó después del traslado del Congreso a Tacubaya. A la cita de Panamá acudió, además, un agente inglés, Eduardo Dawkins y uno de Holanda, Van Veer. Bolívar escribió a Santander el 30 de mayo de 1825: "Los ameri– canos del Narte y los de Haití, por sólo ser extranjeros, tienen el ca– rácter de heterogéneos para nosotros. Por lo mismo, jamás seré de opi– nión de que los convidemos para nuestros arreglos americanos". Se ha pretendido decir que hay contradicción entre esta carta (ya ante– cedida por otra del 27 de octubre de 1825) y un documento en que habla "del nuevo mundo" a propósito de Panamá; pero es probable que ese nuevo mundo fuese, en su concepto, el iberoamericano. Bolívar lle– go a pensar en federar toda.América hispana integrándola bajo la pro– tección de Inglaterra (carta a Santander, 28 de julio de 1825). "En la infancia (agregaba) necesitamos apoyo, que en la virilidad sabre– mos defendernos". Sin embargo, a Inglaterra sólo le interesaba, por entonces el respeto del Derecho marítimo británico, el desarrollo del comercio con las nuevas Repúblicas, poner freno a la influencia nor– teamericana, cortar los designios expansionistas (tanto de Colombia y México, como de Estados Unidos y Francia) sobre Cuba y Puerto Ri– co; y propiciar, si ello era posible, un acuerdo sobre el reconocimiento de los nuevos Estados por España. De la correspondencia de Vidaurre se deduce que la llegada del representante .inglés a Panamá fue interpretada por él y por Pérez de Tudela como acto unilateral de la delegación colombiana cuyo pro– pósito habría sido obtener la alianza británica; ellos expresaron su dis– conformidad con ambas cosas. Jorge Basadre, Historia de la República del Perú, 5~ edición, (Li.ma, 1961) " tomo I, págs . 92-93.

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