Antología de la Independencia del Perú

610 ANTOLOGIA y el ministro Calatrava lo combatió, produciéndose acaloradas discu– siones y la renuncia del limeño que fue aceptada en Cádiz por el rey. Como ministro del expirante gobierno constitucional, redactó desde Sevilla la famosa circular de 27 de mayo de 1823, dirigida a los agen– tes diplomáticos de España en las cortes extranjeras, vigorosa protes– ta contra el derecho de intervención que Francia ejercía. Ante el de– rrumbe del liberalismo español precipitado por las tropas francesas y el sangriento retorno del absolutismo en ese país, optó por regresar al Pe– rú. Al llegar al Callao, lo encontró aún ocupado por los españoles. Después de la batalla de Ayacucho, habiéndole ya ordenado las auto– ridades españolas que se embarcara para Chile, llegó el Libertador. Pando le ofreció sus respetos, incorporándose a su séquito. Poco des– pués fue nombrado ministro de Hacienda y luego delegado del Perú ante el Congreso de Panamá, junto con Manuel Lorenzo de Vidaurre. Interrumpió sus labores en aquella asamblea para ocupar en Lima el cargo de miembro del Consejo de Gobierno. Su ideal político del mo– mento lo expuso entonces en verso, en su conocida Epístola a Próspero más oratoria que poética. La Epístola a Próspero iníciase enumeran:. do los prodigios históricos que ha realizado Bolívar y advirtiendo que al poeta no turba la "torpe adulación" y que no quiere entonar un "loor servil". Hace, en seguida, el recuento de los problemas que fal– ta aLordar, y agrega: ¿quién podrá reparar males tamaños con imparcial tesón, sino tú mismo, amaestrado a la par por las lecciones de adversidad y de filosofía? lquién sofocar podrá del monstruo infando de la anarquía las cien cabezas de hidra sino tu hercúlea, respetada mano? Piloto experto fuiste en la borrasca cuando roto el timón, rota la antena, rugían los vientos en discordia horrenda ora guía la nave al puerto ansiado, de fes tones alegre coronada el duro casco y la coraza arroja y la cándida toga revistiendo, dócil a las inspiraciones de Minerva sabias, justas, estables danos Leyes. La Epístola termina clamando por que no vengan ni disensión, ni llanto, ni licencia, abominando de la demagogia y expresando una visión optimista sobre la gloria eterna de Bolívar y sobre el futuro pro– minente de América. ·Desde antes de escribir ·1a Epístola, Pando recibió la estimación y el aprecio de Bolívar. "Espero a un tal Pando que ha ido al Istmo (escribía a Santander desde la Magdalena el 7 de abril de 1826) para ponerlo en el Ministerio de Estado. Este caballero tuvo el mismo des– tino en Madrid en tiempo de las Cortes. Tiene mucha semejanza con Revenga y en todo es superior porque ha estado siempre en Europa

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