Antología de la Independencia del Perú

614 ANTOLOGIA Toda su obra dispersa (compilada en forma muy incompleta por su descendiente don Eugenio Larrabure y Unanue en 1914) posee un leit motiv unitario: el Perú. Hay algo más que una mera coincidencia en el hecho de que periódicos por él redactados se llamaron -en el momento más bello del crepúsculo colonial, en los comienzos desorien– tados de la independencia y en los días más sombríos de la guerra en– tre patriotas y realistas- Mercurio Peruano, Verdadero Peruano, Nue– vo Día del Perú. Vio al Perú como un territorio, como mecanismo es– tatal, como estructura social y en lo que concierne al hombre que aquí habita, lo vio en el presente que ante sus ojos se iba desenvolviendo, en el pasado y en el futuro. En el Mercurio Peruano escribió la "Idea general del Perú" que desarrolló en detalle en las Guías políticas, ecle– siásticas y militares del Perú redactadas por él entre 1793 y 1797, ha– ciendo con los datos allí contenidos el Compendio del Virreinato del Perú a fines del siglo XVIII y planeando unas Décadas económicas del Perú. Al mismo tipo de visión integral pertenecen el trabajo titulado Sobre geografía física del Perú inserto en el Mercurio, y, en lo que pudo haber sido escrita por su pluma, la memoria del virrey Taboada y Le– mus que es una minuciosa monografía sobre el país en aquella épocá. Su estudio sobre el clima de Lima examina no sólo la constitu– ción física del valle sino también el genio, usos, hábitos, dolencias y en– fermedades de los habitantes en un anticipo de la ecología, la cien– cia que trata de las relaciones de los seres entre sí y en función de los ambientes en que viven. Pero hay allí mucho más. Hay, sobre todo, un alegato en contra de que los europeos tengan la exclusividad de la belleza física o del talento y a favor de los países coloniales y de las gentes de color. Y hay también una condena de toda presunción de su– perioridad racial. "El espíritu racional (escribe Unanue) está igualmen– te distribuído en todas las partes de la Tierra. En todas ellas es el hom– bre capaz de todo si es ayudado por la educación y el ejemplo. Pero también en el Universo entero, las naciones que, bajo el freno de la religión y de la ley, dan hombres de cultura y de saber, roto ese freno, sólo producen monstruos y_ caníbales". En cuanto a los americanos, to– mó parte aquí en la polémica entablada acerca de sus aptitudes; como decía el P. Francisco Xavier Sánchez en la Aprobación de la prime– ra edición de la obra en 1806, "un monumento de gloria levanta a la América y en especial a los habitantes de parte de la zona examinando las prerrogativas de los ingenios que la h,abitan". Lejos de toda estrechez localista, si bien recorrió poco el Perú, lo conoció por . la imaginación y la erudición. Especial interés tienen, a este respecto, sus relatos acerca del viaje por el Huallaga hecho por el P. Sobreviela, los viajes en el Marañón y el Ucayali por el P. Girbal y las noticias acerca de la pampa del Sacramento. Propugnó en aquellos año~ en que la Patria no había nacido como entidad soberana, la nece– sidad de la inmigración y del crecimiento vegetativo de la población; la conveniencia de una explotación racional de la riqueza minera; el ob– jetivo de que la agricultura sirviera "para que nuestra subsistencia no fuese tan precaria ni dependiente de auxilios externos"; la importan– cia de los servicios estadísticos "sin los cuales no es posible dar un paso acertado en los mayores y más útiles proyectos de utilidad pública"; y

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