Antología de la Independencia del Perú

ANTOLOGIA 619 s10n criolla. Su actitud pragrpática no reñida con la ética, nunca exci– tada, hace que pueda considerársele como el símbolo de algo dema– siadas veces ausente en nuestra historia: el moderantismo basado en la objetividad, el conserva.dorismo progresista, la solidez y el buen sen– tido que son las cualidades con que los ingleses han tratado de dis– tinguirse en su política nacional e internacional. Bolívar tuvo otro colaborador peruano más: don Manuel Lo– renzo de Vidaurre.. Su biografía, por rozarse con la vida peruana has– ta 1839 será hecha posteriormente. Vidaurre, antiguo funcionario de la administración española, oidor de la Audiencia del Cuzco y de la de Puerto Príncipe, había sido enviado, quizá precaucionalmente, a Es– paña. En 1810 escribió el libro Plan del Perú, que con dedicatoria a B0lívar publicó en 1823 en Filadelfia, haciendo una crítica del siste– ma administrativo colonial. Fue, además, Vidaurre, autor de unas Car– tas Americanas, roussoniana confesión de sus amores adúlteros·. Después de haber ocupado el cargo de presidente de la Corte Suprema, Vidaurre representó con Pando y luego con Pérez de Tude la, por nombramiento de Bolívar, al Perú en el Congreso de Panamá. En 1827 hizo publicar un discurso como si lo hubiera redactado para sus colegas al tiempo de instalarse esa Asamblea. Pedía que los gobier– nos confederados se garantizaran su libertad e independencia, que nun– ca se confiase a un individuo aislado más poq.er que el necesario al fin para el cual su autoridad fue mstituída, que a mayor poder hubiese me– nor tiempo en su ejercicio, que no existjeran ejércitos permanentes si-– no en tiempo de guerra y que ésta fuera evitada mediante el orden in– terior. Había, en su concepto, dos escollos a la felicidad pública. El primero: "el deseo de engrandecimiento de unos Estados a costa y en detrimento de otros". El segundo: "el peligro de que un ambicioso quie– ra aspirar a la tiranía y esclavizar a sus hermanos''. Sin atenerse a sus instrucciones, presentó un proyecto de confederación americana, que abría a todos los americanos los empleos y dignidades de cualquier Es– tado, creaba un Congreso an~ictiónico, garantizaba la integridad de ca– da uno de los miembros de la Confederación, suprimía la guerra entre ellos y establecía la igualdad de · derechos dE importación y exporta– ción Tuvo Vidaurre horas de adoración a Bolívar. Entonces le lla– mó en una de sus cartas el "general Simón el Peruano". Mucho cam– bió luego. Cuando se le acusó de que le ofreció una vez la corona, contestó que usó de la expresión "reinar sobre nuestros corazones". Es– taba en Panamá todavía cuando recibió el texto de la Constitución vi– taliC'ia. El mismo ha contado que, para prestar a su compañero de de– legación, Pérez de Tudela, modelos de rebeldía contra la opresión, lo abrumó entonces con citas de los holandeses, de los suizos, de los an– gloamericanos, de los tebanos y hasta de los almagristas cuando mata– ron a Pizarra; que luego le flaquearon las piernas y cayó en las tablasr lloró y se puso de hinojos prorrumpiendo en una oración. Jorge Basadre, obra citada, tomo I, págs. 129-144.

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