Antología de la Independencia del Perú

PERUANOS EN LA INDEPENDENCIA DE HISPANOAMERICA Siempre se habla que fueron expediciones venidas de fuera o dos extraordinarias voluntades hispanoamericanas, pero no peruanas, las que determinaron la Independencia del Perú. Pero nunca se pone el mismo empeño en señalar que la contribución intelectual perua– na marcó los hitos iniciales de un ideario y aun de una acción que significaron el triunfo del pensamiento liberal y, consecuentemente, la libre determinación de los pueblos a escoger su destino y su gobierno. 1. Un proceso de rebelión inicial de protesta económica en el Perú lleva a la insurgencia de José Gabriel Túpac Amaru con proyec– ciones continentales y al consiguiente discurso liberal, pero aún no independientista, de José Baquíjano y Carrillo. Y el espíritu de la separación americana de la península se esboza en la Carta a los Es– pañoles Americanos, que Juan Pablo Viscardo y Guzmán, nacido en Pampacolca, Arequipa, en 1748, escribe en Europa a fin de celebrar, el 12 de octubre de 1792, con la pluma en la mano, el tercer cente– nario del descubrimiento por los pueblos llamados occidentales de un Continente Nuevo, al que se habría de bautizar con el poético nombre de América. Después de tres siglos, Viscardo veía la imperiosa necesidad de que esos pueblos .se gobernasen por sí solos. Ya había adelantado en car– tas al Cónsul inglés en Livorno, Italia, en 1781, que los "vejámenes inferidos" a Hispanoamérica no habían hecho sino "acelerar una Re– volución": y que era imprescindible formar una Confederación de los pueblos de ·Sudamérica: "desde el Istmo de Panamá hasta Buenos Ai– res". En 1792 se reafirmaba: "EL MOVIMIENTO DE LA LIBERTAD HA LLEGADO". Determinaba que para "ser libres" no es "menester sino el quererlo". Y con tono sentencioso expresaba: "La América reunirá las extremidades de la tierra y sus habitantes serán atados por el interés común ·de una sola Grande Familia de Hermanos". Fran– cisco de Miranda, que había estado en Norteamérica hacia 1781, y he– cho célebre en 1793 por luchar y expresar su pensamiento liberal en la propia Francia pretendidamente eje del liberalismo, vuelve a su resi– sidencia de Inglaterra y allí entre conjurados secretos descubrirá el documento de Viscardo que, traducido al español del francés original en que fuera escrito, se convierte en proclama fundamental cuando el general aventurero venezolano organiza en 1805 la expedición para la independencia americana, que terminó desgraciadamente en agosto de 1806. Miranda había recogido el pensamiento central de Viscardo y propuesto al Gabinete de Inglaterra -entre otros tantos planes que quedaron en el camino- la ayuda para la formación de "una sola gran nación hispanoamericana" desde "el Mississipí hasta el Cabo de Hor– nos", dentro del pensamiento de solidaridad continental que animara la Carta a los Españoles Americanos de Viscardo, base de todo el pen– samiento de independencia y de comunidad americanas, que más tarde adquiere cuerpo en el ideario bolivariano La extraordinaria Carta de Viscardo ha sido denominada justamente: La primera proclama de la Revolución. El mexicano Carlos Pereyra la llamaría: el Acta de Inde– pendencia de la América Española". Viscardo murió en Londres, sin viglumbrar aún la Tierra Prometida, en 1798. La Junta de Hispanoa– mericanos, en tanto, había avanzado en la unidad de esfuerzos por la

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