Antología de la Independencia del Perú

ANTOLOGIA 629 libertad. La formaban el peruano Pablo de Olavide, el chileno P. Sa– ·1as y aquel heroico general venezolano Francisco Miranda. 2. En aquel mismo tiempo viajaba del Callao .hacia Acapulco, un frailecito mercedario que había tenido problemas dentro de su co– munidad, en Lima, donde naciera en 1765. Se llamaba Fray Melchor de Talamantes, doctorado en Teología en la Universidad de San Mar– cos, gran lector de libros de la Ilustración, colaborador del Virrey Francisco Gil de Taboada y Lemus y autor de la Memoria de este Vi– rrey culto, así como conectado con los hombres de la Sociedad Aman– tes del País, Regente Mayor de Estudios y Definidor General de la Provincia de la Orden de la Merced, en el Perú. Por alguna particular situación, se le ve llegando a México, en noviembre de 1799; y desde su arribo se vinculará a los disidentes criollos -aún indefinidos- entre los que brilla, convirtiéndose en figura de primera importancia desde 1803. Su papel revolucionario lo aparta del Convento de la Merced y lo lleva a vivir en un pequeño cuarto aislado, como Viscardo vive tam– bién en aislamiento y pobreza, como _exilado ex-jesuíta, en Livorno. En 1807 Talamantes es comisionado por el Virrey para reunir la docu– mentación necesaria a fin de establecer los límites de Texas y la Lui– siana. Y allí comienza a perfilarse ya el político que hoy se llamaría perspectivista: "La costa NO de la América -dice- donde hoy dirigen sus tentativas los Americanos de Estados Unidos quedaría a su disposi– ción. . . serían los vecinos más terribles -añade- ... cuando no se declarasen unos enemigos formidables. Es muy de temer -coricluye– que &i la España no se aprovecha prontamente de las proporciones que se le presenta, se vea despojada con el tiempo de la Provincia de Texas, abriendo las puertas de sus preciosos dominios a unos vecinos inquie– tos, turbulentos y demasiados formidables por sus miras ambiciosas". Esto, repetimos, escribía en 1807, con extraordinaria visión política. Al año siguiente: 1808, Talamantes escribe dos folletos: uno estableciendo la conveniencia de convocar a un Congreso General de las Colonias Americanas; y otro planteando un sistema de constitu– ción política para una posible Confederación Americana. Esto estaría de acuerdo con los mexicanos del Ayuntamiento de la ciudad de México, que habrán de ser depuestos, junto con el Virrey Iturrigaray, y hechos prisioneros, en la noche del 15 al 16 de setiembre de ese año ·de 1808. Continuadores de esa obra fueron los "Guadalupanos" y los revolucio– narios Hidalgo, Allende, Aldana, etc. La Inquisición sometió a juicio al Padre Talamantes y fueron · sus principales acusadores sus compañeros de Orden. Condenado al destierro, fue enviado provisionalmente al Castillo de San Juan de Ulúa, en Veracruz, donde murió súbitamente envenenado el 9 de mayo de 1809, afirmándose que su fallecimiento se había producido por la "fiebre ama– rilla". Esta gran figura del pensamiento y del martirologio america– no, es casi desconocida en el Perú. Así lo afirmaba ya Ricardo Palma al saber de él y escribir sobre la extraordinaria personalidad del lime– ño Talamantes en 1909: "confieso que la primera noticia que de tal fraile he tenido, etc ... Nuestra compatriota Emilia Romero de Valle se empeñó en dig– nificar su nombre y tratar que se le glorificase en el Perú. Poco eco ha tenido, a pesar de -las varias publicaciones que ella y el Gobierno

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