Asuntos económicos: informes y oficios del Tribunal del Consulado
PROLOGO Fácilmente se advierte que la institución representativa del comercio mantenía leal adhesión al dominio virreinal. En cierta forma, su actitud tenía algún fundamento lógico: porque las versiones oficiales en torno a la acción de los ejércitos patriotas anunciaban depredaciones, reclutamien– tos forzosos y otros excesos que inspiraban general alarma; y porque un importante núcleo de comerciantes, de orígen peninsular, se beneficiaba con los privilegios del monopolio asociado al régimen español. Tanto el prior del Tribunal del Consulado, como un cónsul, emigraron de la capital con las autoridades vineinales, cuando las fuerzas libertadoras se aproxi– maron, incontenibles; sólo permaneció en ella el cónsul Manuel de Ba– rreda, 1 quien por tanto era su único representante al momento de ser ocu– pada la ciudad por los patriotas; y hubo de asumir la tarea de gestionar su integración, en armonía con las previsiones de las ordenanzas. Pero debió sortear las excusas de los accesitarios, y apelar a cierta compulsión legal, antes de que aceptaran aquellos cargos el Conde del Villar de Fuente 2 1 Manuel de Barreda era español. Nació en la villa de Limpias, provincia de Santander, el 17 de noviembre de 1776; pasó al Perú a mediados de 1792; y parece que se consagró a la explotación y el comercio de minerales. Contrajo matrimonio con María Mercedes Aguilar, en Cerro de Paseo, el año 1799. Establecido en Lima, fue capitán de milicias y cónsul del Tribunal del Consulado (1819-1821). Después de cubrir la cantidad de 1,000 pesos, que se le asignó en el cupo impuesto al comercio por el gobierno independiente, obtuvo autorización para viajar a España (XII-1821). Murió en Sevilla, el 19 de marzo de 1836. 2 José Manuel González de la Fuente nació en Lima, el 14 de febrero de 1766. Fue alcalde de la ciudad en 1797-1798; al morir su padre (1802), heredó el título de Conde del Villar de Fuente; y en 1805 mereció ser inves– tido con el hábito de caballero de la Orden de Santiago. En atención a su calidad obtuvo nombramiento como capitán de granaderos; fue promovido a la clase de teniente coronel graduado del Regimiento de Dragones Pro– vinciales de Lima; y luego pasó a ser coronel de milicias. Fue regidor del cabildo. Ejerció las funciones de prior del Tribunal tlel Consulado (1817); representó al virrey Pezuela en la famosa entrevista de Miraflores (23-IX- 1820); y producida la acefalía de la universidad del comercio, al estable– cerse el gobierno ~ndependiente, hubo de tomarlas nuevamente a su cargo. Pero cuando la capital fue evacuada por las fuerzas patriotas (27-II-1824) aceptó del Virrey el delicado empleo de Comandante General y Goberna~ dor Político y Militar de Lima; de modo que al efectuarse una nueva reti– rada de los realistas (6-XII-1824) vióse obligado a refugiarse en las forta– lezas del Callao. Allí murió al mediar el mes de julio del año siguiente, atacado por el escorbuto.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx