Asuntos militares

I. ANEXO DEL AÑO 1822 9 rencia ; y así que se encarga con particularidad el aseo y cuidado de las armas de servicio, municiones etc., como también la ab– soluta seguridad del repuesto. 6. Se procurará gastar con la mayor economía posible en los víveres de los trasportes; como también reemplazarlos en los puntos donde pueda hacerse ; siendo este particular de la mayor importancia, a fin de que en cualquier caso de reembarque, sea para retirarse o para mudar de posición se encuentre con este re– curso; cuya falta paralizaría los movimientos que se intentasen. 7. Las marchas deberán practicarse con la rapidez posible, eligiendo para ellas las rutas que proporcionen comodidad y ve– locidad; pues la verdadera táctica ha enseñado que la medida del tiempo y las distancias entran en la parte principal del arte de vencer. A este fin, no tendrá la división consigo, más que las mu– niciones y armamento preciso para obrar. El número excesivo de las cargas, hace las marchas penosas y tardías, ya por falta de ba– gajes, ya porque éstos no siempre pueden seguir al paso de la tro– pa, cuyo inconveniente ocasiona el peligro de las sorpresas. Por esto es que llevando la división lo puramente preciso, necesitará menos recursos para sus movimientos, consultará la ligereza en ellos, evitará el riesgo de dejar perder sus elementos de guerra, y en un caso adverso, se libertará de ese embarazo para hacer una retirada con la menor pérdida dable. Con este mismo objeto, el armamento y municiones sobrantes respectivamente al estado de fuerzas que tenga o adquiera, se conservarán indefectiblemente en los trasportes. 8 . Siendo el sistema de guerra que más conviene a la lo– calidad del Perú, el de sorpresas y posiciones, y aún mas que és– te el de recursos, se tratará siempre de no comprometer ningu– na acción, si no es con conocida ventaja. Todo el estudio deberá ser siempre la elección de puntos, que proporcionando aquélla, faciliten una cómoda retirada, cuando convenga evitar el encuen– tro. El terreno por lo común, presenta muchas posiciones de es– ta clase, y es necesario aprovecharlas con destreza. Importa espe– cialmente tener mucha consideración a la caballería enemiga, que por ahora debe suponerse más numerosa; por consiguiente eludir su preponderancia, ocupando puntos ventajosos en que ella no puede obrar. 9. En caso de tener meditada una retirada, deben dejarse, en escalones establecidos, víveres necesarios. Ellos ministrarían

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