Asuntos militares

12 GRAL. EP FELIPE DE LA BARRA das le es preciso, para absolver la pregunta, analizar los sucesos descte su salida de lea con una sección expedicionaria para obrar sobre el enemigo Valdez que marchaba hacia nosotros desde Are– quipa. Que efectivamente salió con dicha sección a fines de Fe– brero último con la dirección que lleva expuesta: Que habiendo avanzado hasta Hualva recibió orden del Comandante General pa– ra detenerse en Nasca hasta segundo aviso: Que allí se mantuvo hasta pasados ocho días en que recibió nueva orden previnién– dosele se replegase a lea, por haber desaprobado el Gobierno el movimiento hecho : Que en conformidad de prevención del mismo Comandante General se detuvo en la Nasca para, sin perjuicio de verificar su retirada, sacar de la comprensión de aquel territorio y de toda la costa de arriba hasta Atiquipa y Cháparra, todos los recursos y ventajas que pudiesen proporcionarse en favor de la di– visión, como en efecto lo verificó, remitiendo de allí muchas mulas aparejadas, caballos, reclutas y porción de ganado mayor, después de haber dejado el escuadrón de Granaderos a caballo, casi en su mayor número, perfectamente montado : Que en estas circunstan– cias y puestas en movimiento las dos últimas compañías hacia lea, recibió un extraordinario del pueblo de Acari el cual repre– sentaba interesantísimas al servicio su pronta marcha a aquel pun– to, que fue emprendida en el momento: Que habiendo llegado a dicho punto de Acari recibió un extraordinario en que se le avisa– ba que Valdez se hallaba con una división de 500 hombres en San Juan de Lucana, veinte y tantas leguas distante de la Nasca, para donde le pareció necesario volverse inmediatamente, después de dictadas las disposiciones convenientes en el asunto que lo condu– jo a Acarí. Que vuelto a la Nasca halló que la compañía de Caza– dores, última que debió efectuar el movimiento decretado, lo había suspendido por la misma noticia de Valdez, y con la consideración de que en caso de continuar éste su movimiento hacia aquel punto, quedaba el declarante cortado con la pequeña partida que existía aún en Atiquipa. Que a su llegada le dio parte el Gobernador de aquel pueblo que por orden del Comandante General habían he– cho alto las compañías que iban para lea, y al mismo tiempo re– cibió el exponente oficio del referido Comandante General avisán– dole que el Gobierno había aprobado ya el anterior movimiento hecho sobre Valdez, de cuyas resultas dimanaba la detención de las compañías que se replegaban : Que al mismo tiempo le decía que en consecuencia de aquella aprobación necesitaba conferen– ciar sobre algunas materias, y le avisase si su estado de salud le permitía una entrevista, dónde y cuándo: Que su contestación se

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