Asuntos militares

I. ANEXO DEL AÑO 1822 17 ban de 600 bestias las que el confesante le había remitido desde Changuillo y la Nasca, volvió a reconvenir al Comandante General con toda aquella firmeza que exigía un suceso tan escandaloso y trascendental, y no sacando cosa alguna ni aun contestación del caso, adoptó el desesperado partido de dar orden a los jefes en aquella hora de la noche para que destinando partidas de infante– ría montadas en las mulas de la artillería recogiesen, sin excep– ción, cualquiera cabalgadura que encontrasen: Que se verificó así; habiendo pasado las partidas toda la noche del viernes en buscar bestias y que aun de este modo, a las ocho del día sábado, aún no tenía el número 3 ni las muy precisas: Que en este lugar debe ad– vertir que a los dos días de su salida con la expedición de que ha hablado, le mandó de Changuillo al Comandante General una par– tida de ciento cincuenta y cuatro caballos escogidos para que se entregasen al Escuadrón de Lanceros, advirtiéndole que con este número quedaba aquél perfectamente montado; y no sólo omitió entregarlos sino que los puso al cuidado del Comandante del Es– cuadrón de Cívicos D. T. Nestares, cuyo aviso se dio al confesan– te a su vuelta : Que en el apuro que queda insinuado se acordó de esto y dio orden el Comandante General, a insinuación suya, para que se trajeran dichos ciento cincuenta y cuatro caballos, los cua– les se convirtieron en cincuenta potros chúcaros que entregó Nes– tares al dicho Coronel Bermúdez : Que la reconvención que hizo el confesante sobre el particular tanto al Comandante General como a dicho Nestares, surtió el mismo efecto que las innumerables otras de su especie : Que debe igualmente advertir que estando des– tinado el Capitán Olavarría para mantenerse siempre a la inmedia– ción del enemigo y tirotear sus avanzadas, como ya se había dicho, fue reforzado el viernes de tarde por el teniente de Granaderos de a caballo del Perú, con veinte y cinco hombres que se pudieron reu– nir : Que el Sábado entre ocho y nueve de la mañana recibió par– te del citado Olavarría en que avisaba que a las cinco de la maña– na se había movido el enemigo hacia el Trapiche : Que luego dio otro parte en que avisaba que había logrado ver la fuerza enemiga y que la calculaba en seiscientos a ochocientos hombres: Que des– pu ,s de habérsele prevenido que siguiese hostilizándolos y reple– gándose a proporción que el enemigo avanzase, se resolvió, de acuerdo con los jefes, que aun dado caso que Olavarría se equivo– case en quinientos hombres y aun permitido que fuesen mil y qui– nientos, debía quedarse la división para batir a la enemiga opor– tunamente, o sostenerse en la plaza si así era conveniente, para cuyo último caso se contaba con carne y otras especies de abaste-

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