Asuntos militares
20 GRAL. EP FELIPE DE LA BARRA pió el enemigo el fuego por derecha e izquierda, que fue contesta– do, sin embargo de que con sólo aquel acto quedaron atolondra– dos los individuos de ella en términos que ni el oficial que las man– daba conservó el orden debido: Que a la luz del fogonazo enemi– go, descubrió una partida de caballería situada a la misma boca del callejón: Que considerando que el designio de ésta era cargar a la primera fuerza que se le presentase, mandó que dicha com– pañía del 2 tomase una pequeña lomada contigua y sita al flan– co izquierdo : Que como ya estaba dicha compañía en completo de– sorden le fue preciso mandar que avanzase e hiciese fuego la del 1, que ya estaba también algo desordenada, sin embargo lo verifi– có, y cargada por el enemigo al mismo tiempo que la del tercero hacía fuego sobre ella misma sin orden y sólo por efecto de ato– londramiento, se dispersó y todas corrieron en desorden a la re– taguardia: Que trató entonces de contar con el número 2 previ– niéndole que contuviese al enemigo mientras pasaban a retaguar– dia los dispersos ; y que sin embargo de haberlo encontrado en desorden y disperso, a esfuerzo del confesante y del Coronel Al· dunate se reunieron como 200 hombres, los que a la segunda car– ga del enemigo fueron deshechos y herido su jefe : Que puesto a la cabeza del número 1 que estaba aún en su orden regular y he– cha una pequeña exhortación mandó abrir un portillo y situó al flanco derecho la compañía de Granaderos con el objeto de que contuviese al enemigo, que por aquel flanco hacía fuego sin inter– misión: Que en efecto lo contuvo algún tanto y lo habría logra– do completamente si no hubiese sido cargada por un pelotón de caballería: Que entre tanto mandó al Comandante de dicho cuer– po que dejando en el callejón dos compañías para que sostuviesen el fuego se retirase ordenadamente con las demás a ocupar dos cerrillos pequeños que allí había, únicos puntos de alguna venta– ja en aquellas inmediaciones: Que se iba verificando así con algún desorden aunque reunidos; pero que las sucesivas cargas del ene– migo completaron el desorden, y la dispersión fue tan general que no hubo esfuerzos bastantes para contenerlo: Que en este estado y habiendo el exponente sufrido también otra carga por la dere– cha, a tiempo que iba con el Comandante de Artillería a ver si po~ día montar algún cañón en dicho cerrito, no le quedó más recur– so que hacer se introdujesen al monte las cargas de artillería, a cuyo tiempo fue nuevamente cargado por otro pelotón de caballos, y no tuvo otro arbitrio que seguir el mismo rumbo que había se– guido la división, de la cual no quedaba ya gente en aquel punto : Que esto es todo lo ocurrido en el particular, sin embargo de que
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