Asuntos militares

!. ANEXO DEL AÑO 1822 21 ha procurado reflexionar detenida y desapasionadamente las cir– cunstancias de este desgraciado suceso, no encuentra cosa que le arguya la menor falta, y sí halla que si se hubiesen seguido sus dictámenes, la patria habría tomado un día de gloria en lugar de los de desconsuelo que ha experimentado y responde. Preguntado: Qué causa hubo para que no fuese una descu– bierta competente en lugar de los seis hombres que la compo– nían; y por qué caminaba la división por un sitio tan peligroso sin tiradores a sus flancos, dijo: Que sin embargo que la relación su– cinta que deja hecha ha satisfecho en sustancia el contenido de esta pregunta, agregará, por lo que hace a la primera parte, que como no había más que 100 hombres de caballería, que era preciso economizarlos para cubrir las diferentes avenidas del enemigo ha– cia el pueblo, por donde obrando prudentemente debía temerse su ataque, le pareció suficiente la de seis hombres, que aun le era sensible desmembrar de los puntos donde se hallaba el resto: Que a mas de esto como el Comandante del Escuadrón tenía or– den de marchar a retaguardia protegiendo la retirada y contenien– do al enemigo que debía perseguir la división, estimaba por cor– ta la partida o escuadrón que le había quedado : Que está persua– dido que a esta medida se debe el que haya salvado dicho escua– drón; porque tuvo suficiente fuerza para resistir la carga de una partida de ochenta caballos que se le avanzó: Que como lejos de presumir enemigos en la Macacona o en sus inmediaciones, se sa– bía por repetidos avisos de los espías que a menudo se mandaban que no había novedad, lo que hacía suponerlos aún en el Carmen Áito o en dirección hacia lea no consideraba necesarios los tira– dores a los flancos, porque como aquella marcha era verdadera fuga en la cual convenía aprovechar los momentos, lejos de esti– mar útil esta medida la debió creer perjudicial, pues que siendo preciso que se dirigiese por camino montuoso y por infinidad de cercos, era indispensable un retardo incompatible con la celeri– dad que exigía el movimiento ; y responde. Preguntado: Por qué no hizo al Comandante General las ins– tancias oportunas para que en el espionaje hubiese más escrupu– losidad que la que ha habido, dijo: Que aunque como ha dicho es– tuvo fuera hasta los días próximos a la dispersión, desde el día que llegó y a cada instante le repetía al Comandante General que se cuidase infinito de este ramo a costa de los miles que fuesen necesarios aun con perjuicio de la división, y que estuviese persua– dido que estando corriente este ramo y el de movilidad debíamos reírnos de la fuerza enemiga por superior que fuese: Que esto es

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