Asuntos Militares el Ejército Libertador del Perú

406 EJ:eRCITO LIBERTADOR DEL PERú (Documento N9 261) [Fs. 358] El Sor. Coronel D. José Santiago Sanches va en comisión p11- hacer presente al Supremo Gobierno el estado lamentable de su Exto. y los incontextables fundamentos, qe reclaman de un modo imperioso la restitución del Exto. a su País, antes que perescan sus preciosos restos, sobre los que puede Chile formar allí un Exto. brillante, y permanesiendo aquí van a ser ínfaliblemente sacrificados por la más envenenada antipatía a todo lo q 0 lleva el nombre Chileno. Con este motivo tengo el honor de ofrecer a VS mis respetos y concideración distinguida. Vellavta 1 9 de Marzo de 1823. Sor. Mntro. de Estado en el Departamt.o de Grra. y Marina. (Documento N9 262) Muy Reserbado. F. A. Pinto [Fs. 359] Después de escritas las anteriores comunicaciones, y quando ali– mentábamos las más seguras esperanzas de organizar el Exército y que el Paíz se pusiese en un estado capaz de hacer frente al enemigo, ha reventado la más desesperada revolución, que ha consb~rnado a todo Lima, y que infaliblemte. va a sumergir a esta Capital en un abismo de desgracias. Ella es obra de los hijos de Buenos Ayres, que asociados de Dos Peruanos han insurreccionado el Exto. del centro campado en Miraflores, se ha dirigido formado a la Ciudad, han destruído todas las autoridades y han hecho nombrar de Gefe Supremo a D. José Riva Agüero, baxo ciertas degradantes estipu– laciones, que ignoro si serán ciertas. Antes de dar este paso se subs– trageron de la obediencia del Gral. Arenales que mandaba el Exto. y han depuesto algunos Gefes. El estado de prepotenda en que se halla el enemigo, y el más espantoso desorden que r-eina en el día entre nosotros, y al que no se ve término nos hace augurar del modo más triste de un resultado si el Gral. Cantera.e se nos aserca. El conocimiento de todas estas cosas me ha desidido a cambiar de objeto en la comisión que lleva el Coronel Sanches, y no puedo menos de hablar a V.S. del modo más sincero en este particular. Lejos de solicitar auxilios p~ nuestro Exto, me parece que cuantos se re– mitan de esa, son infaliblemente perdidos, y qe sería lo más doloroso