Asuntos militares: estado militar, años 1824-1825-1826
194 GRAL. EP FELIPE DE LA BARRA Repito a V.S . mi agradecimiento a las bondades que nueva– mente me dispensa S. E. el Libertador. Otro oficio de 4 de Enero responde a varios míos de 15 de Diciembre y me detendré en hablar a V. S. sobre las medidas que he dado en los mismos particulares que entonces comuniqué . La cont ribución de Huanta, la he mandado exigir a todo tran– ce, y el Prefecto de Huamanga dice que aquellos vecinos están convenidos en pagarla en tres plazos de a cuatro meses cada uno, porque no teniendo dinero esperan sus cosechas de Coca para entregar la parte que toca a cada tercio . Le voy a contestar que si ciertamente no tienen dinero, admita esta propuesta, que siempre puede calcularse como dinero pronto, puesto que el tesoro públi– co del Perú recibirá estas cantidades y la Comisaría, pagará los cincuenta mil pesos que valen los Equipajes encargados para los oficiales. Con el mismo objeto de pagar los equipajes, cuando previne a los oficiales que los despachasen aunque se perdieran y que el Gobierno respondía de ellos, se impuso a los Curas godos del Obispado de Guamanga, una contribución de veinte mil pesos, puesto que estos curas fueron los que amotinaron a los Indios para que robasen los Equipajes y matasen esos enfermos . He prevenido al Prefecto de Huamanga que se proceda con una in– flexible severidad contra estos malvados, y que a más de exigirles la contribución los mande presos a Lima a disposición del Gobier– no. De todo esto di cuenta desde Huamanga. Excepto estas dos medidas, no he tomado ninguna otra con– tra los revoltosos de Huanta y Huando, porque he pensado que conviene al interior público un olvido de los resentimientos que teníamos que vengar . La exigencia del tercio de los Tributos de Diciembre que he mandado cobrar a los Pueblos que se levantaron, no puede llamarse castigo, puesto que ellos habían ofrecido este auxilio al Ejército Español. Desde Huamanga cumplí el deber de recomendar al Gobierno el patriotismo de los Pueblos de Huaychao y Quinoa: el de Acos– vinchos, aunque no es muy patriota nos sirvió muy bien, y estoy ngradecido a sus vecinos; pero sobre todo y conservo una tierna gratitud por las buenas gentes del Pueblo de Quinoa que nos d ie-
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