Asuntos militares: juntas de guerra (1820-1821)

82 GRAL. EP FELIPE DE LA BARRA hesión al Gobierno legítimo en el sistema liberal que actualmente lo rige. Lo participo todo a Vuestra Señoría para que con arre– glo a estas ideas generales obren según las circunstancias del te– rritorio que está a su cargo, no desperdiciando medida alguna en las que puedan contribuir al objeto de la común defensa que to– dos debemos proponernos.== Dios guarde a Vuestra Señoría mu– chos años. Lima, 23 de Septiembre de 1820.== Joaquín de la Pe– zuela. == A los Gobernadores de Trujillo, Guayaquil, Tarma, y Co– mandante Militar Otermín. (79) ORDEN AL CORONEL QUIMPER PARA QUE SE REFUERCE QUANTO SE PUEDA CON LAS MILICIAS DE !CA, Y QUE AVI– SE AL BRIGADIER RICAFORT QUE SE APROXIME EL ESTA- DO DE ESOS PUNTOS. Me he impuesto de la intimación que con fecha del 18 hizo a Vuestra Señoría el 2<:> Gefe del Ejército Enemigo y de la contes– tación que Vuestra Señoría le dio, y me acompañan en su Oficio del 20, N<:> 15. Esta está concebida con cordura y merece mi apro– bación.== Ya previne a Vuestra Señoría ayer todo lo que convie– ne que haga mientras dura la suspensión de hostilidades, a que se refirió el general San Martín, entre tanto se concluye la negocia– ción a que le invité de orden del Rey en 11 del corriente, y en cu– ya consecuencia se hallan ya sus Diputados en el Pueblo de Mira– flores inmediato a esta Capital, para tratar con los míos. No de– ja sin embargo de darme algo que sospechar que en el Oficio en que me anuncia dicha suspensión de hostilidades, sólo hable de las partidas que tiene avanzadas en Chincha y guarde silencio so– bre los límites en que debe mantenerse también por esa parte. Por esto, por que su buena fe en esta negociación no está probada, y porque tengo algunas noticias de que su objeto es introducir al– guna fuerza en ese Partido, se hace de indispensable necesidad que Vuestra Señoría viva con la mayor vigilancia y esté muy a la mira y en frecuente observación de que no pasen sus avanzadas de los alrededores de la hacienda de Bernales, a cuyo fin será muy oportuno que Vuestra Señoría aproxime las suyas al mismo pun– to; y aunque se ha de observar religiosamente el armisticio, a menos que ellos hagan lo contrario, de ningún modo se falta a él, como equivocadamente supone en su intimación el Gefe Enemigo, haciendo todos los preparativos para una defensa vigorosa yacer– t ada en el caso de no tener éxito feliz el tratado en que va a en-

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