Asuntos militares: juntas de guerra (1820-1821)
JUNTAS DE GUERRA 5 nidad que debe conciliar la Monarquía y mantenerla en su esplen– dor. En esta atención no debe la discreción y perspicacia de Vues– tra Excelencia perdonar medio alguno para conseguir este grande objeto, procurando inspirar a los disidentes una entera confian– za de la buena fe y cordialidad con que procede el Gobierno, adop– tando los principios de rectitud que son esenciales al sistema be– néfico que se ha elegido: Y si desgraciadamente no se consiguie– sen con él los favorables efectos que la Nación y el Rey se pro– ponen sinceramente, se habrá dado a la Europa y a todo el Uni– verso un irrevocable testimonio de la mayor moderación ; y que no quedando otro arbitrio que la fuerza para reducir a los obstina– dos, se empleen con justicia y oportunamente sin la responsabili– dad que podría atribuirse al Gobierno, si esto no se hiciese, de todas las desgracias que después sobrevengan. Y habiendo deter– minado Su Magestad que a su Ministro en la Corte desde el Rio Janeyro se le comunique esta orden que dirijo a Vuestra Excelen– cia lo he verificado así, añadiéndole, todo lo ponga en noticia de Vuestra Excelencia en orden de Su Magestad para que coopere por su parte a que se realice quanto se previene a los Xefes de las Provincias de Ultramar, a cuyo fin es indispensable ·que Vues– tra Excelencia se ponga de acuerdo con el Virrey del Perú, por que es quien ha de hacer el convenio y sentar los artículos de la suspensión de Armas con los disidentes del Rio de la Plata: pero Vuestra Excelencia puede de antemano trabajar en disponer los ánimos de los que mandan en Buenos Ayres y otros puntos no– ticiándoles los deseos sinceros del Rey de realizar una concilia– ción que reuna todos los Españoles de ambos mundos para que se presten mutuos auxilios de defensa contra qualquiera usurpador. Y si convencidos de la buena fe de esta oferta se prestasen a fa– cilitar a Vuestra Excelencia medios para que sus correos vayan por tierra al Perú, se valdrá de ellos tomando las precauciones necesarias para que aun cuando sean interceptados, lo que no es de esperar de parte de los disidentes, no hallen en los pliegos de Vuestra Excelencia más que pruebas de la franqueza y candor con que se procede en la negociación. Y entretanto que Vuestra Exce– lencia recibe la contestación del Virrey del Perú podrá Vuestra Excelencia introducir en Buenos Ayres y demás países de ambas riberas cuantos ejemplares se pueda de la Proclama o Manifies– to que el Rey hace a los habitantes de Ultramar, para lo qual dis– pondrá Vuestra Excelencia su reimpresión si le fuere posible; pro– curando además atraer el ánimo del Pueblo y de las personas de influencia a favor de la Constitución, de la que llevarán un buen
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