Asuntos militares: juntas de guerra (1820-1821)
JUNTAS DE GUERRA 11 Barreda y el Teniente D. Antonio de las Carreras, Oficiales pri– sioneros venidos últimamente del Janeyro le habían informado que a su recalada en Valparaíso el 25 de junio se impusieron de que los principales Gefes Enemigos se hallaban en aquel Puerto alistando con una extraordinaria eficacia los preparativos para una expedición de siete mil hombres que debia dirigirse contra esta Capital dentro de cinco u ocho semanas a más tardar desde aque– lla fecha; que se corroboraba el crédito de esta noticia por el contenido de la Proclama del Caudillo San Martín a los Chilenos impresa en la Gazeta de aquel Reyno de 13 de Febrero en que los excitaba a alistarse en dicha Expedición Libertadora del Perú y proponía los premios a que se harían acreedores los que lo ve– rificasen: Que si llegaba a executarse este proyecto y eran inva– didas estas costas por una fuerza tan respetable, como por otros muchos datos debía creerse, consideraba S. E. que la Capital, to– do el Virreynato y la América del Sur se hallaban en un inmediato y nunca más inminente peligro de perderse, porque no era posible que con dos mil doscientos hombres que a lo más era capaz de presentar este Exército en Campaña en su estado actual, se resis– tiese con suceso a una agresión de tal naturaleza: que a una si– tuación tan débil y desventajosa le había reducido el desaquarte-· lamiento de tres mil hombres de Ynfantería, Caballería y Marina, que se había visto obligado a licenciar por no tener ni poder en– contrar el dinero necesario para mantenerlos; y que en conse– quencia si se habían de salvar estos interesantes establecimientos era de absoluta necesidad expedir las medidas más prontas y efi– caces para reducir otra vez al servicio a dicha gente despedida y poner el Exército en un pie de guerra capaz de contar probable– mente con un suceso feliz en qualquiera clase : pero que asi como podía executarse esto dentro de muy pocos días, era indispensa– ble que la Junta meditase arbitrios para proporcionar cuatro– cientos caballos que necesitaban los cuerpos de Caballería, y so– bre todo para hacer efectivos sin la menor duda ni contingencia doscientos mil pesos en cada mes por el término de cinco. Ex– plicado el objeto de la convocación en los expresivos términos que acredita el citado Manifiesto, se leyeron enseguida la deposi– ción de los mencionados Oficiales y la Proclama del Gefe Enemi– go. Todos los concurrentes se manifestaron penetrados del con– flicto en que por las dichas noticias se veía la conservación de estos dominios y de la urgencia de proveer a su defensa del mo– do que deseaba S. E. y a qualquiera costo y riesgo. Con esta dis– posición se empezó a entrar en materia, tropezando desde luego
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