Asuntos militares: juntas de guerra (1820-1821)

JUNTAS DE GUERRA 29 de la expresada División cuanto para organizar el Estado Militar de aquella Provincia y desplegar todos los recursos de que ella es susceptible.== Esta ha sido la única ayuda que he podido prestar en mi actual situación sin estenderme al envío de Tro– pas, porque cabalmente ha sucedido en circunstancias de que reu– niendo los mandatarios de Buenos Ayres y Chile todo su poder Militar y todos sus recursos de otras clases en este Reino, ame– nazaban tiempo ha con una fuerte Expedición Marítima y Terres– tre las Costas y Capital de este Virreynato. Conociendo por esto y por los constantes esfuerzos que desde el año de 17 están ha– ciendo los Enemigos para establecer en estos mares un arma– mento capaz de asegurarles su imperio como lo han conseguido ya con una Escuadra muy superior a la nuestra que el Teatro de la Guerra se ha transplantado a esta parte desde el Alto Perú donde aquellos fueron escarmentados decisivamente en las últi– mas refriegas, he prevenido últimamente con su repetición al Ge– neral de nuestro Exército que respecto a no tener éste atencio– nes de gravedad por su frente, lo sitúe por escalones de modo que dejando la fuerza bastante para cubrir su línea actual de opera– ciones y mantener en sociego las Provincias inmediatas de su es– palda, se constituya en los puntos intermedios una fuerza bas– tante a defender las del corazón del Virreynato, y proporcionada en su localidad para poder ocurrir desde menos distancia al au– xilio de las operaciones del Exército de esta Capital en cualquier lance. La comunicación que en copia incluyo a Vuestra Excelen– cia le impondrá en esta parte de mis planes, y al mismo tiempo de la distribución que he hecho de la fuerza del Exército constan– te en el estado también adjunto, de acuerdo con una Junta par– ticular de Generales.== En tal estado acabo de recibir noticias extraoficiales del desembarco de la Expedición Enemiga de Chi– le en las playas de Pisco y la ocupación de este punto después de haberlo abandonado la desproporcionada fuerza que lo guarnecía y tenía mis ordenes anticipadas para replegarse a una situación desde donde pudiese incomodar al Enemigo sin una gran desven– taja. No puedo saber hasta ahora quales sean las intenciones de éste ni las demás circunstancias con que ha empezado su agre– sión, aunque calculo que su objeto sea hacerse primero de parti– do en el país y proveerse en él, de caballería y otros re– cursos de que precisamente ha de venir desprevenido siguiendo luego sus combinaciones sobre esta Capital donde sabe se ha– lla reunida la principal fuerza de mi mando. Según los an– ticipados avisos que he recibido de Chile, la fuerza terres-

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