Asuntos militares: juntas de guerra (1820-1821)

JUNTAS DE GUERRA 33 ta aquí dicho Plan, active Vuestra Excelencia su verificación con la mayor celeridad, y que los dedicados a Moquegua, estén allí listos para que el señor Comandante General de reserva los apli– que con arreglo a mis órdenes que sucesivamente le comunicaré según la situación y ulteriores movimientos del enemigo, dándo– me Vuestra Excelencia inmediatamente contestación al presente oficio.== Dios, etc. Lima, Setiembre 11 de 1820.== Joaquín de la Pezuela.== Excelentísimo señor don Juan Ramírez.== (24) ORDEN A LOS GOBERNADORES INTENDENTES ENCARGAN– DOLES QUE EN LAS PRESENTES CIRCUNSTANCIAS EL TO– MAR SIN DEMORA LAS MAS RIGlJROSAS DISPOSICIONE, PA– RA LA REUNION Y ALISTAMIENTO DE SUS PECULIARES FUERZAS. Ha llegado al fin a Pisco la anunciada Expedición de Chile y desembarcado en aquel punto el día 8 del presente mes todo su decantado Exército que consiste según noticias que se han reci– bido, en sólo cuatro mil setecientos hombres. Su plan parece di– rigido a fixar allí su establecimiento para prolongarlo según las alteraciones que promuevan y los auxilios de gente, víveres, etc. que puedan agenciar la ilusión o la violencia. Este acontecimien– to aunque ocasiona las indispensables atenciones propias de su clase; pero asegura el feliz éxito de nuestra justa causa contra la que no puede prevalecer la débil fuerza destinada a invadirla, por la muy superior y prepotente que ha de contrarrestarla, ni causar el menor trastorno a la acendrada fidelidad de los honrados habi– tantes del Perú, que conocen bien el que este avance, es el último despecho que toma por recurso el Caudillo San Martín imposibi– litado de permanecer en Chile donde sus temeridades le han for– mado opuestos partidos que no puede resistir.== Hasta el presen· te no ha tenido movimiento alguno su primera posición: el Go– bierno vigila sobre el enemigo con competentes partidas que lo incomoden y observen todos sus pasos. Y a la actividad y celo de los Gobernantes de las Provincias corresponde en estas circuns– tancias el tomar sin demora las más vigorosas disposiciones para la reunión y alistamiento de sus peculiares fuerzas velar incesan– temente sobre la conservación del orden interior y estar muy a la mira para que por ningún ángulo de su departamento puedan introducirse los agentes de que se valgan para propagar sus pési– mas insuflaciones. Es el tiempo crítico de la mayor vigilancia de

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