Boletín informativo de la Comisión Nacional del Sesquicentenario de la Independencia del Perú Nº 13
Luzuriaga fue nombrado Gobernador de Corrientes, y después Jefe del Estado Mayor del Ejército, retirándose de este cargo para organizar el Batallón de In– fantería N? 7 de 800 plazas, con el que se incorporó al Ejército del Alto Perú que comandaba el general José de San Martín, campaña en la que fue ascendido a Coronel. Al regresar· del Alto Perú, el huaracino Luzuriaga fue ascendido a General y se le ei-icomendó el Ministerio de Guerra y Marina, cargo político que desempeñó has- . ta que Alvear fue reemplazado por el arequipeño Alvarez Thomas_en 1815, quien ordenó el . retiro de Luzuriaga por haber sido Ministro de Alvear, retiro que ter– minó con la Amnistía General que aprobó el Soberano Congreso de Tucumán en 1816. Nuevamente en la actividad, el general Luzuriaga fue nombrado Gobernador de Cuyo en reemplazo de San Martín, quien había sido designado Capitán General del Ejército de los Andes. Como Gobernador de Cuyo, 1:uzuriaga prestó importan– te apoyo a las campañas de San Martín en Chile, especialmente después del desas– tre de Cancha Rayada, por lo que más tarde recibió el título de Mariscal de Campo de Chile. Posteriormente Luzuriaga renunció a la Gobernación de Cuyo para pasar a Chile e incorporarse a la Expedición Libertadora del Perú, con la que regresó a su tierra natal como General de División, desembarcando en Pisco el 12 de setiem– bre de 1820. Cuando el arequipeño Gregorio Escobedo independizó Guayaquil el 9 de oc– tubre de 1820, Luzuriaga fue designado por San Martín para que lo representara ante la Junta de Gobierno que presidía el futuro Diputado por Puno Joaquín Ol– medo, la que lo nombró General en Jefe de su Ejército, cargo que desempeñó eficientemente, estableciendo su Cuartel General en Babahoyo, desde donde sus guerrilleros salían para acosar constantemente a los realistas. Después de cumplir su misión y entregar a Olmedo un· extenso plan de campaña, Luzuriaga regresó al Cuartel General de Huaura, siendo nombrado por San Martín Presidente del Departamento de Huaylas, volviendo así a su ciudad natal de Huaraz como pri– mera autoridad departamental. Ascendido a Gran Mariscal del Perú se le designó para una misión en Buenos Aires, donde por su quebrantada salud se retiró a la cercana población de Per– gamino para dedicarse a actividades agropecuarias, en las que perdió toda su fortuna durante la sequía de 1830, viéndose obligado por la necesidad a vender hasta sus condecoraciones para subsistir con su esposa, doña Josefa Cavenago de Luzuriaga. Vencido por la desesperación se quitó la vida con una pistola, uniformado de Gran Mariscal del Perú, cuyo Gobierno había desatendido su pensión de re– tiro. La viuda, despúés de gestionar· inútilmente la pensión de viudez, vivió sus últimos días de la caridad pública en Pergamino, donde hasta hoy no se han podido encontrar los restos del ilustre huaracino que fue Gobernador de Corrien– tes y de Cuyo, General del Río de La Plata, Mariscal de Campo de Chile, Gener~l en Jefe del Ejército-- de Guayaquil, Gran Mariscal del Perú y prócer de la eman- cipación americana. · 125
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