Boletín informativo de la Comisión Nacional del Sesquicentenario de la Independencia del Perú Nº 17
Estas admirables campañas, orgullo de nuestra historia antigua, han queda– do registradas en las crónicas del siglo XVI y ya han sido ordenadas por la crítica histórica y los estudios comparativos de las fuentes. La relación de ellas forma un conjunto de grandiosa magnitud y contenido de epopeya que no pue– de faltar en la Historia del Ejército del Perú. AYACUCHO Y EL TURISMO (Editorial de "El Comercio" de Lima, de 16 de Enero de 1974) Hace pocos días, en un editorial titulado "Ayacucho y el Sesquicentenario", recordábamos que con ocasión de celebrarse el 9 de diciembre del presente año el 150 aniversario de la batalla que selló la libertad del Perú y América, la Co– misión Nacional del Sesquicentenario de la Independencia Nacional, que con tanto acierto preside el General Juan Mendoza Rodríguez, había presentado opor– tunamente al Primer Ministro el llamado "Plan Ayacucho", con el objeto de lle– var a cabo una serie de obras, en diversos sectores,' destinadas a rescatar del olvido a esa hermosa ciudad y, en general, al Departamento. Interesa subrayar ahora uno de los aspectos en los que Ayacucho ofrece mag– níficas posibilidades: el turismo. Como sabemos la vieja ciudad ha conservado, a pesar de mil vicisitudes, su encanto y prestancia virreinales con un inconfun– dible sabor mestizo en el que ~obresalen como muestra sus múltiples iglesias y ~asas blasonadas. En ,el Perú, y también más allá de nuestras fronteras, es famosa la Sema– na Santa de Ayacucho, llena de colorido localista incomparable y en donde du– rante tres días la , población entera se moviliza en una suerte de drama -colectivo a 1 al punto que muchos han encontrado semejanzas entre las procesiones de la ciudad andina y las que se dan por esos mismos días en Sevilla, a donde acu– den fieles y turistas del mundo entero. Más éste es sólo uno de los múltiples atractivos que puede ofrecer Ayacu– cho al visitante. Se trata de una ciudad con un clima templado, agradable, de– leitoso. Sus iglesias, de las que ya hicimos mención, como la Catedral, la Com– pañía, San Cristóbal, Santa Clara, San Francisco, etc., encierran verdaderas jo– yas del arte virreinal pese a que muchas de ellas, debido a la incuria, se en– cuentran bastante deterioradas. Son también muy importantes las ruinas prehispánicas de Vilcashuamán, a 110 kilómetros de Ayacucho, semejantes, por su grandiosidad, a las de Ollantay– tambo y Sacsahuamán, en el Cuzco. Además, a sólo veinte kilómetros de la ciu– dad se encuentra Huari, otro centro arqueológico de gran prestancia. Compl~– tando esta sucinta enumeración de atractivos habría que mencionar a Pampa 313
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