Boletín informativo de la Comisión Nacional del Sesquicentenario de la Independencia del Perú Nº 17

Es a través de las montoneras y las partidas que el pueblo participa en la brega por nuestra independencia. La población indígena y mestiza, así como nu– merosos negros y criollos, formaron parte de estos grupos irregulares de gente armada demostrando así que el poblador común del Perú estaba preparado para· luchar por la emancipación y que tenía una idea general de la "verdadera causa de la patria". El autor señala las características de estas fuerzas, considerando a las montoneras de Huamanga, Cangallo, Jauja y Concepción como las de mayor actividad sobre todo en el lapso que cubre de 1820 a 1821 y cuyos integrantes llegaron en algunas oportunidades a contar con más de diez mil hombres. En cambio las partidas de guerrillas constituyeron grupos reducidos destacándose por su organización militar las comandadas por fray Bruno Terreros, Francisco González, Ignacio Quispe Nínavilca, Gaspar Alejandro Huavique, Cayetano Quiroz y otros. En el trabajo que comentamos destaca la información que nos proporciona Vergara Arias sobre el manual de "Instrucción de guerrillas", compuesto por los oficiales españoles Alfonso Balderrábano y Juan Bautista de Maortúa y que fue utilizado por las autoridades patriotas en la organización y preparación de las partidas. A lo largo del libro se va precisando la accion de las guerrillas que, en un primer momento, desarrollaban sus actividades de acuerdo a las iniciativas de sus integrantes desplazándose por la sierra de Lima, la región de Junín y la Intenden– cia de Huamanga. Más tarde actuarían sujetas a un Comando General, con la finalidad de "establecer un sistema en la acción de las partidas que tomaban parte en el cerco de Lima". Conforme fueron intensificándose las acciones bélicas surgieron partidas de guerrillas en los diversos puntos del territorio, unas orga– nizadas por los oficiales destacados con ese propósito de las filas del ejército pa– triota y otras debido a la iniciativa de civiles y de algunos sacerdotes. Los capítulos dedicados a la actividad de estos grupos de insurgentes en las etapas de San Martín, Riva Agüero y Bolívar, representan la manifestación más clara del esfuerzo del pueblo por alcanzar la independencia. Cumplieron labores, militares, de aprovisionamiento, de enlace y propaganda. Incorporaron extensio– nes del territorio al movimiento revolucionario y movilizaron a la población cam– pesina, cuyos pueblos y caseríos contribuyeron generosamente al sostenimiento de las partidas y de las tropas del Ejército Libertador. En resumen, un valioso apor– te que cobra mayor actualidad en el umbral del Sesquicentenario de la Batalla de Ayacucho donde el pueblo del Perú profundo jugó un papel tal vez anónimo pero no por eso menos descollante. 317

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