Boletín informativo de la Comisión Nacional del Sesquicentenario de la Independencia del Perú Nº 18
de las naciones bolivarianas y sanmartinianas junto a la Comisión Mixta Perua– no Venezolana no sólo se justifica ampliamente sino, además, ha de ser recibi– da con beneplácito y fraterno aplauso. La reunión que se celebra en Lima es, asimismo, ocasión propicia para re– cordar el gentil donativo de dos millones de dólares, recientemente efectuado a nuestro .país por el Gobierno de Venezuela, con el objeto de construir el Cen– tro Artesanal Mariscal Sucre en el pueblo de Quinua, un Complejo Deportivo en Ayacucho, la Biblioteca "Simón Bolívar", igualmente en Ayacucho; ~a Biblioteca "Venezuela" en Junín y un Complejo Educacional en Lima. El donativo apro– bado por el Parlamento venezolano servirá también para costear la edición de diversas obras de carácter histórico vinculadas con la conmemoración sesqui– centenaria. El cordial gesto de la hermana República de Venezuela, es un hito más en la vinculación fraterna que se ha fortalecido a lo largo de una centuria y media abonándose con la realización del anhelo de unidad continental, cada vez más compartido y comprendido, por el que tanto luchó Bolívar. DE JUNIN A AYACUCHO, CAMINO DE LIBERTAD (Editorial del Diario "El Comercio" de Lima del 7 de mayo de 1974). Asociándose a la conmemoración del Sesquicentenario de las batallas de Junín y Ayacucho, "El Comercio" se permite lanzar la iniciativa de organizar una expedición que recorra la ruta del Ejército Libertador entre ambos escena– rios bélicos. Es así como nuestros lectores -ciento cincuenta años después de la epopeya_:_ tendrán una descripción fiel, razonada y palpitante de todos aque– llos lugares de nuestro territorio por donde transitaron, llenos de esperanza en el triunfo final, los soldados que hicieron posible la independencia del Perú y, con ella, la de América Meridional. Nuestra iniciativa tiene propósitos diversos. Es homenaje a la efemérides contine;ntal y a los hombres de América -y aun de Europa- que · la hicieron posible. Es también una forma de honrar a los peruanos de lo~ pueblos y villo· rrios de nuestra sierra quienes con admirable generosidad y abnegación colabo– raron con la causa patriota, los más en forma anónima, pero no por ello me– nos importante. Queremos, fin·almente, revivir el espíritu de solidaridad con– tinental que se vivió en esa campaña y que tal vez alcanzó su punto culminante cuatro días antes de la batalla de Junín, cuando en el pueblo de Rancas el Li– bertador Bolívar pasó revista a su ejército. La emoción que se vivió entre los patriotas esa clara mañana de agosto no puede ser descrita con palabras: era algo concreto, denso, palpable. Allí, junto. a los soldados y fuerzas auxiliares del Perú estaban -según recuerda Miller en cita que ya es clásica- "hombres de Caracas, Panamá·, Quito, Lima, Chile y Buenos Aires; hombres que se habían batido en Maipú, en Chile, en San Loren- 282
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