Boletín informativo de la Comisión Nacional del Sesquicentenario de la Independencia del Perú Nº 18

zo, en la orilla del Paraná, en Carabobo, en Venezuela y enJ>ichincha al pie del Chimborazo". Es de justicia recordar que no sólo es· admirable el denuedo con que se ba– ten los mílites patriotas en los campos de Junín y Ayacucho. La marcha del ejército por los riscos empinados de los Andes, desafiando la grandiosa geogra– fía de nuestro suelo, es también una página deslumbrante de tesón y sacrificio. Muchas veces los soldados tenían que marchar de a uno en fondo por desfila– deros insondables, orientándose en las noches sólo con los toques de corneta que rasgaban el silencio sobrecogedor de las alturas. Otra dificultad, y grande, era mantener unido al ejército y su copiosa impedimenta durante las largas mar– chas y contramarchas que antecedieron al encuentro final en la Pampa de la Quinua. En realidad, la batalla de Ayacucho no debe reducirse al 9 de diciepibre de 1924, sino a todas las maniobras y evoluciones tácticas previas ordenadas por Antonio José de Sucre durante el mes de noviembre. Era cosa sabida que el Ejér– cito que hubiera conservado mejor su estado físico después de tantas y agota• doras jornadas, el que hubiera cuidado mejor el transporte de su artillería, el de espíritu más enhiesto, tenía mayores posibilidades de triunfar. M_ás aún, ~ tanto patriotas como realistas, en los prolegóm~nos de la batalla, sabían que la retirada era una derrota, que el retorno a los cuarteles -fueran éstos del Cuzco o de la costa- sería demasiado penoso, un auténtico desastre. Por eso, con ban– deras desplegadas, ambos ejércitos acuden a la cita suprema de Ayacucho. FUNDAMENTALES OBRAS EN AYACUCHO (Del Diario "El Comercio" de Lima del 28 de mayo de 1974). A través de las declaraciones del Premier y Ministro de Guerra, General de División Edgardo Mercado Jarrín, el país ha reconocido los alcances, ciertamen– te extraordinarios, del programa que realiza el Gobierno en la ciudad de Ayacu– cho y vecindades, con motivo de la próxima celebración del sesquicentenario de la batalla que selló definitivamente la Independencia de América. Como se sabé, dicha celebración se hará a nivel multinacional, es decir, con la participación de varios países hermanos . El hecho principal y que marca la fecha cumbre (9 de diciembre), es la batalla de Ayacucho, gloriqsa jornada en la que el ejército de la libertad derrotó al ejército extranjero, determinó su ca– pitulación (en el mismo campo firmada), y puso fin a tres siglos de dominación. Pero, a ese acontecimiento trascendental no sólo en la vida de la nación -perua– na sino en la vida de_ todos los pueblos del continente meridional, se suman otros dos, que serán igualmente conmemorados: la batalla de Junín, que fue un choque de armas, victorioso para los peruanos -para los americanos-, pre– vio a Ayacucho y la convocatoria al Congreso de Panamá por Bolívar. 283

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