Boletín informativo de la Comisión Nacional del Sesquicentenario de la Independencia del Perú Nº 18

nada, a pesar de antagonismos de los hombres, a pesar de las circunstancias adversas e incluso a pesar del consejo de sus amigos. La revista del Ejército Unido, en el umbral / del triunfo de Junín, es uno de los episodios más hermosos, más lleno de un profundo contenido de fraterni~ dad continental en torno al anhelo de libertad. Ese día desfilaron ante Bo– lívar soldados colombianos, venezolanos, ecuatorianos, argentinos, chilenos y pe– ruanps. Allí estaban los llaneros cubiertos de gloria y de cicatrices obtenidas en mil combates contra los realistas. También estaban los bravos granaderos ve– nidos desde las tierras del Río de la Plata y que ahora formaban filas codo a codo con nuestros soldados que anteriormente habían militado bajo el mando del Mariscal Riva Agüero y que luego de la defección de éste se habían incorpora– do masivamente en el ejército de la patria. Es de justicia recordar en esa memorable jornada la presencia en las filas independientes de muchos oficiales europeos -los más ingleses y franceses- y, sobre todo, la de ·gran número de guerrilleros campesinos que a lo largo de la marcha del ejército, desde Huaylas, se habían ido incorporando en calidad de tropas auxiliares. Estos hombres, "uniformados" con sus cálidos ponchos y enar– bolando rejones y hondas presentaban la participación esforzada y anónima de · miles de peruanos más en la gesta libertar_ia. Allí estaban también, compartiendo las esperanzas de Bolívar, Bernardo Monteagudo, Andrés de Santa Cruz, Bernardo O'Higgins, José Faustino Sánchez Carrión, y gran número de antiguos patriotas. No es exagerado decir que eu Rancas sólo faltó la presencia física de San Martín. Los peruanos recordamos desde niños las palabras de Bolívar a sus hombres' ese día: "~ompletaréis la mayor tarea que el Cielo haya asignado a los hombres: la de salvar a todo un mundo de la esclavitud. Soldados, el enemigo que estáis por destruir se vanagloria de los triunfos de catorce años. Es digno de medir sus armas con las vuestras, que han brillado en mil batallas. Soldados, el Perú y América toda esperan la paz de vosotros ... ,la paz, hija de la victoria. Hasta una Europa liberal mira con agrado hacia vosotros, pues la libertad del Nuevo Mun– do es la esperanza del universo". Esta alocución, de corte napoleónico, es también una de las más hermosas pronunciadas por Bolívar y sirvió para retemplar el ánimo de sus hombres que sabían que la batalla estaba muy próxima. No debemos olvidar, así mismo, la forma en que estaba organizado el ejército patriota, dentro de las normas más modernas que por entonces regían en .Euro– pa. Era, pues, un ejército de tipo napoleónico ya que todos sus jefes, en mayor o menor grado, estaban imbuidos de las concepciones tácticas del "gran corso". Rancas, como ya quedó dicho, es un símbolo. Bolívar y los próceres que compartieron con él esa jornada habían luchado en otras latitudes por lo mis– mos ideales, junto al bravo pueblo en armas que los acompañó y apoyó. Ellos hicieron posible la primera independencia y dejaron -para el Perú y América– un proyecto de vida mejor ci,ue a nosotros nos toca hacer realidad. 285

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