Boletín informativo de la Comisión Nacional del Sesquicentenario de la Independencia del Perú Nº 18

C_OOPERACION AMERICANA Tnte. Coronel (r) Abel Carrera Naranjo. Hace unos días, en un diario de la capital, apareció un artículo muy inte– resante. Subraya su autor, que acercándose la celebración sesquicentenaria de la batalla de Junín (6 de agosto), se hace indispensable proceder a la ejecución ·de buen número de obras de interés público en la provincia der mismo nom· bre. Habiendo visitado en fecha reciente la ciudad de Junín, creemos que en verdad las necesita y, aún más; las merece, una jurisdicción cuyo fervor por la causa de la patria fue reconocido por protagonistas que militaron en uno y otro bando durante la larga pugna que concluye en Ayacucho. Diremos, de paso, que el pueblo hoy llamado Junín se denomina Reyes, hasta los días de la épica lu– cha librada en su famosa pampa de Chacamarca, situada a 4,200 metros de alti– tud, o sea, 14,000 pies. Erróneamente, el general Guillermo Miller, actor de la batalla, señala en sus "Menwrias": ''la meseta se eleva majestuosamente más de mil doscientos pies sobre el nivel del mar y es quizá la más hermosa del mun– do". De haberle agregado un cero el distinguido jefe inglés, todavía se quedaba corto, como se observa . Pasemos, ahora, a la parte histórica del artículo que comentamos. Anota el autor que el hecho de constituir, el Perú de 1820, centro del poderío militar espa– ñol, en América, "explica meridianamente ~así expresa- la intervención de Argentina, Colombia y Venezuela en la Gesta Emancipadora Peruana. Como ha– orá comprobado el lector, el articulista incurre en omisión. Doble omisión: Ecua– dor y Chile. ECUADOR 1. A los cuatro meses escasos de la llegada a nuestras playas ·de la Expe– dición Libertadora, encontrándose en Huaura el general San Martín (enero de 1821)., recibe de manos del coronel Tomás Guido, edecán suyo enviado por él a Guayaqui_l, poco antes, un aporte voluntario de 34,000 pesqs, reunido por· el co– mercio y vecinos de ese importante puerto y destinado a hacer frente a los gas– tos de sostenimiento del ejército patriota. 2. Desde Pativilca, en febrero de ·1824, escribe Bolívar al general Santander, Vicepresidente de Colombia (Colombia-Venezuela-Ecuador): "La marina de Co– lombia y del Perú nos cuesta más de lo que valemos, porque son ingleses los oficiales y marineros, y porque ganan de 18 a 20 pesos los de última clase, man– tenidos a la inglesa, y costando todo (en el Perú), tres veces más caro qúe en Inglaterra . Agregue usted que tres o cuatro provincias de Colombia (actual Ecuador, en este caso), y del Perú (sólo el norte del Perú, realmente) no pueden hacer la guerra solas, manteniendo, a la vez, gobiernos, ejércitos y marina. La guerra de Pasto (sur de la actual Colombia), sola, consume más de lo qµe da el departamento de Quito. Quiere decír que Guayaquil y Trujillo han de hacer milagros". Y es lo cierto que los milagros se produjeron. Soldados, elementos de vida y de guerra, todo lo dieron esos departamentos. 286

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx