Boletín informativo de la Comisión Nacional del Sesquicentenario de la Independencia del Perú Nº 19

años de anticipación a la mayoría de los del Tercer Mundo, no ha alcanzado el sitial internacional que le corresponde. La auténtica realización de la sociedad , y del hombre latinoamericano está aún por lograrse y en este reto histórico todos, civiles y militares, estamos comprometidos porque todos somos respon. sables de las sociedades en que vivimos. Frente a este reto, los países de América Latina buscan modelos propios que respondan al cambio, lo que origina la pluralidad de sistemas políticos y económicos que constituyen la variedad dentro de la unidad esencial de la gran nación latinoamericana. El Presidente del Perú, General de División Juan Velasco Alvarado ha se– ñalado: "El reconocimiento de que somos distintos no debe perturbar en ab– soluto la paz en nuestro continente. América Latina no puede volver a ser un universo político homogéneo. Han insurgido ya muy poderosas fuerzas de cam– bio, orientadas a sustituir los ·ordenamientos tradicionales ·por nuevos ordena– mientos de justicia. Nuestras sociedades hoy están en crisis. Y muy probable– mente lo seguirán estando en el futuro. Nuevas formas de ordenación econó– mica, política y social han empezado a surgir en nuestro continente, al amparo de incontrastables corrientes de la historia. Nadie podrá detenerlas. Nada será capaz de interrumpir su curso definitivamente". Por ello, América Latina debe tener en esta coyuntura histórica, una voz propia portadora de un mensaje de transformación. Así como hace siglo y me– dio nuestro enemigo fue la dominación colonial extranjera en nuestros suelos, hoy nos enfrentamos a más sutiles pero no menos _opresores enemigos; el neo– colonialismo, la intervención solapada, las presiones político-económicas que opri– men nuestro desarrollo y se oponen a los procesos nacionales de transforma– ción estructural: Si en 1824, luchamos para tener capacidad de decisión nacional, la lm;ha de hoy no es del todo diferente. Nuestras armas al servicio del pueblo dieron libertad al sub-continente y en la hora de la Segunda Emancipación, las fuerzas armadas de América Latina, heredera de los movimientos revolucionarios emancipadores, vanguardia y ex– tracción de sus propios pueblos, no pueden permanecer al margen de la lucha contra el enemigo común: la dependencia externa y el sub-desarrollo, que re– claman el esfuerzo de todos. Este contexto ha inspirado la iniciativa formulada por el Presidente Ve– lasco Alvarado, sustentada en la permanente vocación pacifista del Perú, nues– tros países deben limitar la adquisición de armamento con fines bélicos agre– sivos y que en este campo de Batalla · de la Quinua, recordamos, con el objeto de derivar los mayores recursos posibles al desarrollo integral de· sus pueblos. Concordante con este planteamiento del Jefe de la Revolución Peruana, hemos 15

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