Boletín informativo de la Comisión Nacional del Sesquicentenario de la Independencia del Perú Nº 19

A ciento cincuenta años de estos hechos decisorios estamos viviendo, como en esta época, un cambio histórico caracterizado por el cuestionamien_to revolu– cionario de la situación existente. Hoy, como entonces, América Latina busca el cambio de~tro de un mundo convulsionado por profunda crisis, de la que debe emerger un nuevo orden internacional cualitativamente diferente, que garantiza nuestra paz y seguridad, a través de la liberación y desarrollo de los países de América Latina y del Tercer Mundo. La oportunidad que nos congrega en Lima tiene la enorme significación de un hito de reflexión crítica, que debe permitirnos retomar la huella de aquel _ entonces y consolidar fraternalmente los ideales de unidad y solidaridad de San Martín y de Bolívar. Un día como hoy, en 1824, desde este mismo lugar, Bolívar convoca un Con– greso Plenipotenciario que tendría por sede Panamá, con miras a sentar las bases de una Confederación de Repúblicas Hispanoamericanas. En esos días, la inde- . pendencia no estaba definitivamente asegurada y la Santa Alianza se presentaba desde el otro lado del mar como una amenaza inminente de reconquista colonial. Por ello, la unidad latinoamericana en el pensamiento de Bolívar era consustan– cial a la necesidad estructural de asegurar la supervivencia de los nacientes Estados. Tal unidad, previó el Libertador, para ser real, permanente y sólida, debería respetar la independencia y la pluralidad de sus componentes. Para dar curso al genial proyecto, Bolívar previó un organismo permanente, una Asamblea de Plenipotenciarios, llamada a servir un "consejo en los grandes conflictos, de punto de contacto en los peligros comunes, de fiel intérprete en los tratados públicos cuando ocurran dificultades, y de conciliador, en fin, de nuestras diferencias", vale decir, un organismo capaz de promover un mundo latinoamericano unido, fuerte y democrático, frente a los Estados coloniales que iniciaban su revolución industrial capitalista, que sería factor determinante de nuestra inserción en un sistema de dependencia. Panamá, que formaba parte de la Gran Colombia en ese entonces, no había sido escogida al azar como sede de la Asamblea. Por el contrario, se buscó para América Latina un nuevo eje-político de significación mundial, entre los dos gran– des océanos y las masas sub-continentales · del sur y del norte. Bolívar compartió el honor de la Convocatoria al Congreso de Panamá con José Faustino Sánchez Carrión, prócer peruano entregado sin reservas a los idea– les republicanos, a quien como colaborador inmediato confió ingentes tareas: conducción de las relaciones internacionales, movilización de hombres y de re– cursos para el ejército, acción de la escuadra peruana en el Pacífico" elabora– ción de las disposiciones de administración de Gobierno y las proclamas impre– sas desplegadas en l_a ruta de campaña de un ejército libertador, que culminaría su marcha en el Pampa de la Quinua cubriéndose de gloria a las órdenes del Mariscal Antonio José de Sucre. 34

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