Boletín informativo de la Comisión Nacional del Sesquicentenario de la Independencia del Perú Nº 19

El carácter confederativo del proyecto bolivariano iba más allá de un acuer– do entre Estados, para constituir una alianza entre los propios pueblos, sustenta– da sobre un sistema republicano fuerte y de base popular que no fuera m ero calco de modelos formales de democracia cómo los de Europa o_Estados Unidos .y que repudiara las fórmulas conservadoras monárquicas y su organización ver– tical de la sociedad . Con ello, facilitaba el rompimiento del sistema productivo colonial caracterizado por la dominación de las grandes mayorías por una pluto– cracia a través de estructuras feudales y esclavistas contra las cuales insurgió por primera vez en América la rebelión libertaria del gran Túpac Amaru. Por todo ello, es indudable que la Convocatoria al Congreso de Panamá, cons– tituye el primer ensayo realizado en el mundo de establecer una organización internacional permanente, anti-colonialista, pluralista y de contenido revolucio– nario en lo político-social; esencia de nuestra integración, germen de cualquier organizac10n latinoamericana y anticipo clarividente de las tendencias que hoy se advierten en la acción del Tercer Mundo. La visión política del Libertador, mantiene plena vigencia por su realismo y su adecuación a las actuales condiciones históricas, obligándonos a seguir las líneas esenciales de su pensamiento para enfrentar el reto de hoy. Lamentablemente, los anhelos Confederativos de Bolívar, se · enfrentaron des– de el inicio de nuestra vida independiente contra muy serias realidades y pro– blemas heredados de la estructura colonial. ·La subsistencia del sistema feudal latifundista y las diversas formas de servidumbre que permanecieron intocadas, alentaron enconados nacionalismos estrechos y provincianos al servicio de inte– reses plutocráticos criollos, que prevalecieron sobre las intenciones de unidad que promovieron efímeramente el proyecto confederativo y la lucha emancipa– dora . Como consecuencia de ello, América Latina se dividió en compartimientos políticos y económicos estancos, que fueron separadamente insertos en un sis– tema productivo mundial imperialista que -condenó a nuestros países a . ser sim– ples proveedores de materias primas sometidos a la influencia de grandes po– tencias, impidiéndonos constituirno~ como Estados integrados y solidarios. Tal es la secuencia histórica de nuestra evolución económico-social. La gesta emancipadora, esencialmente política, no sentó las bases de una organización justa de la comunidad, porque permitió la subsistencia de factores de discrimi– nación social y de injusticia económica, provenieµte del pasado, que se fueron perpetuando y hasta agravando, por la distorsión general que sufrieron nuestras economías a lo largo de nuestra vida republicana. Por todo ello, se requiere reasumir la lucha contra la dependencia externa y la dominación interior. Esta tarea complementará en los planos económicos y social, la obra política de los Libertadores, constituyendo una Segunda y defini- 35

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