Bolívar, Ayacucho y los tradicionistas peruanos

de besar la mano que blandió en cien combates la espada de nuestra independencia. Las indias cantaban! Señor que te estás sentau, en este sillón de flores el Dios, señor, te ha mandau a recreyar corazones. Cuando Dios creyó la Luna, tamien te creyó Semon brillar así tu fortuna con todo me corazón. Si el Dios tobiera poder yo te lo queciera dar /ocero de amanecer cuando empieza a relumbrar. De rayos de Sol te hiciera tu trono para que estés sentadito, yos tuviera para besarle tus piés. Don Simón escuchaba estos versos nacidos del corazón de un pueblo .que iba a redimir con su san* gre, con aquella dulce sonrisa del que jamás reci* hiera, tal vez, una ovación tan sencilla como elo* cuente. A las cinco terminó la minga y entonces los soldados de Colombia y los campesinos de Cajabam* 107

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