Bolívar, Ayacucho y los tradicionistas peruanos

Augusto León Barandiarán EL PADRINAZGO DE BOLIVAR Por la calle de San Roque, hoy 2 de mayo, a las 7 de la noche de un día del mes de agosto de 1823, sin gran aparato o concurrencia, se dirigía a la lgl~sia de Lambayeque, desde la casa de la fa– milia Montyoy, un grupo de personas compuesto por tres hombres y cuatro mujeres, llevando una de éstas, en brazos, un pequeño infante como de seis meses de nacido. La escasa concurrencia in– gresó al templo por la puerta de San Pedro y se dirigió al Bautisterio, donde ya estaba esperando el cura de la parroquia, el mercedario fray Bernar– dino Cárdenas y el sacristán . Formaban parte de aquel grupo José Pizarra, el padre; Josefa Lecuna, la madre; don Simón, el padrino; María Reaño, la madrina; los esposos Chirinos y la negra esclava y nodriza, llamada Benigna. Situados los concurrentes en los lugares de estilo y practicado el sacramento en el nuevo cris– tiano, a quien se le dio el nombre de Simón Piza– rra Lecuna, se retiraron los concurrentes nueva– mente a la casa de la familia Montyoy, aunque en la esquina de aquella cuadra se engrosó la concu– rrencia con una regular cantidad de gentes del pueblo, quienes ansiaban obtener el anhelado ca- 109

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