Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución de Huánuco, Panatahuas y Huamalíes de 1812
LA REVOLUCION DE HUANUCO DE 1812 21 chansas de los confederados ifractores que se propusieron serrar ab– solutamente las puertas de la piedad a todo el que intentava, man– tenerse ileso con su maquavelista conducta, pues a más de ser tra– tado como reo capital, era también hecho el instrumento de su ira– cundia. Yo por evitar la espantosa; y variedad de males que me espera– van de oponerme a la perfidia de los reveldes me mantuve con mi crecida familia en la Chácara Uchupa Pampa que poseo en las in– mediaciones de mi vesindencia sin hacer mobimiento alguno, así pa– ra hacerme ilusorio en la mente de los yndios, como para evitar to– da desesperasión en mi muger, é hijos que sin duda huviera causado mi separación ( ?) abandonándolos, y dejándolos expuestos a la ma– ledicencia ( ?) / . 4 6 5 v de los yndios ynfieles, é irreligiosos; quando im– provisamente me vi asaltado de estos, que ya tenían puestos los ojos en para que levantase el Estandarte, y los acompañase: Así suce– dió sin poderme desacir de ellos como se advierte en las declaracio- nes de fojas 94 y fojas 121 2<?. La uniformidad que guardan en sus dichos esos reos, acredita a la motrís inteligensia, que fui violentado a tomar el nombre de Ca– pitán. El literal sentido de la contextasión de Andrés Mariano Val– divia a fojas 94 en que me nombraron por tal sin que asome vestigio que por mi deliverada voluntad, me haya avanderisado, pues decir que me hicieron caudillo, supone fuerza. Lo propio indica Mariano Valdivia a fojas 121 por que exponer que pasó el complod de ynsur– gentes del Pueblo de Aguamiro al de Llata, Capitaneado, por el Al– calde J ose Atanacio, por mi; y Nicolás Charri, ya se deja entender que de su sentro estava mui distante mi separación: Y a la verdad Señor Comandante que el infernal furor que manifestavan era ca– paz de hacer ovedecer, y cometer los más enormes atentados, pues el orgullo que les sugirió su fantasía, les hasía prevaricar en tal extre– mo que cada uno se figurava precomisado, y serca d.e lJegar a un verdadero solio. Hasta el día que ya las cosas han mejorado de suerte, me veo sóbresaltado, recordando la divercidad de hechos, y dichos con que generalmente increpavan á los españoles; y mestisos; contándolos, y reputándolos, como sus indignos domésticos; y así después que salí de estos atrensos (sic) y amarguras, y me hallo sufriendo la penosa carcelería; motiba la turvulencia de mi sobresaltada imaginación la negativa que se advierte en mi declarasión de fojas 169. Yo a la verdad no puede dicernir el motivo que se me figuró para ello por que en las operaciones, y maniobras de los yndios no intervine, ni menos quise ser expectador de sus horrendos procedimientos. Y así
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