Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución de Huánuco, Panatahuas y Huamalíes de 1812

730 ELLA DUNBAR TEMPLE Desde entonces abandonó á su legítima Mugér Doña Micaela Cárde– nas, que recide en Ruarás, y por el escándalo que causaba esta cri– minal conducta, el propio Cura Párroco de áquel lugar los amones– tó en repetidas ocasiones para que s•e separasen, pero sin efecto al– guno, pues siempre continuaron en la misma unión escandalosa. La altanería y mala dizención de ambos há sido sin límites; y Uegó al extremo de que Queipo esparcies·e en todo lugar el papel ó proclama cediciosa de fojas 2 y fojas 6 poniendo en ella la semilla de la dizención, que preparaba una sublevación ·en áquel lugar con motibo .de la proxima elección que se iba á hacer de Diputado de Mi– nería. Al mismo tiempo la Lope hizo y mandó fixar en la Puerta de la casa de mi parte y en varios lugares públicos el asqueroso y óbse– no Pasquin del que áparece un exemplar a fojas 14. En el injuria gravemente á mi parte y lo amenasa de que con lo fuerte de su bra– zo le haría bajar ·el penacho, según se ve en la Copla ó mote que en él está escrito. El fue formado por su propia mano, y pintado con su propia indezente sangr.e, como todo áparece plenamente justifica– do del Sumario con testigos pres·enciales del hecho, con la declara– ción del que los fixó por su mandado, y con la confeción que ella mis– ma hiso de su delito á un sugeto de la mayor condecoración de aquel lugar al tiempo de emprender su fuga. Es incontextable la gravedad d.e semejante delito no solo por la injuria y amenasa que se l·e haría a mi parte, que era el Juez del lugar á quien se le debía acatar respetar y obedeser, sino principal– mente por que indusia ó incitaba a una sublebación en aquellas críti– cas circunstancias en que en Huánuco y varios lugares circunvecinos había prendido / . 133 la incendiaria y devorante llama de la insurgen– cia, á que sin duda provocaban y convidaban esos Pasquines; y de presumirse que sus mismo autores lo fueren también de los otros que se encontraron en el mismo lugar; que por el zelo y vigilanc~a del govierno de mi parte no causaron las terribles consequencias que pueden imaginarse. Esto és pues el carácter, conducta y delitos de los reos Queipo y la Lope, quien profugó, temiendo ·el castigo que se le debía impo– ner. Pero lo que mas asombra es que estando pendiente en el día es– ta gravíssima ca.usa en el Superior y justificado Tribunal de Vues– tra Alteza, aspiren á quedar ímpunes, cometiendo el desacato de afrontarse á este respetable Tribunal bajo de una misma persone– ría representada por un solo Procurador demandando uno por otro los bienes que s·e les sequestraron fijando falta de algunos que no se les han entregado y de ótros que jamás existieron, como si fue-

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