Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución de Huánuco, Panatahuas y Huamalíes de 1812
732 ELLA DUNBAR TEMPLE porciones para subsistir en esos lugares tan caros como escasos don– de caresía. de todo aucilio, hizo la generosa y heroica acción de renun– ciar el empleo por haver llegado á conozer que no podía desempe– ñarse exactamente por ningún hombre de honor como lo es mi par– te, y que solo podían apetezerlo los que posehidos del espiritu de codisia solo deseaban hacerse de dinero á todo tranze sin reparar ni distinguir los medios de su adquisición. Este há sido y es el modo de pensar y proceder del Cavallero Don José Ulloa mi parte y protexta justificar los hechos que se han indicado en el término oportuno con la prueba mas concluyente y circunstanciada, y de seguir esta incidencia hasta el último tranze en que me vea acrisolado su puro honor que con tanta grosería é in– justicia se le intenta manchar y obscurecer. ¿Será pues creible ni aún imaginable que ·un sugeto de esta claze, cuyo principal carácter es la justicia y el honor, haya incurrido en la vil y vagísima acción de querer substraer unos ridículos y despreciables bienes como son los de que s·e le sindica? Esta sola reflección es suficiente para des– vanezer el iniguo proyecto de los reos, que por este malicioso me– dio han presumido é intentado hostilizarse á mi parte, y tal vez des– viar del Superior conocimiento de Vuestra Alteza el grave delito de Estado que han cometido, por cuya vindícta clama la justicia, y pa– ra que Vuestra Alteza venga en pleno conocimiento de la grande te– meridad con / . 134 v que proceden en la incidencia del día, y la pureza y justificación de la conducta de mi parte voy á contraerme á dár la razon que Vuestra Alteza le manda. En el mismo día quatro de Abril en que se descubrió y justifi– có que Queipo y la Lope eran los autores del grave delito de los Pas– quines, libró contra ellos mandamientos de prisión y embargo. Se executó en el primero, pero no en la segunda por haver fugado. En el propio día se procedió al s.equestro de los bienes, pero se descu– brió que la mayor parte d·e ellos los habían ocultado los reos. Queipo luego que fué preso entr·egó las llaves de su Casa á Don Juan Ysi– dro Arguelles con especial encargo de que le sacase de la carvonera tres sacos de plata labrada; y asi mismo de un cajoncito un docu– mento que había otorgado el mismo Arguellas á su favor de la can– tidad de mil trescientos cincuenta y tantos pesos, según todo apa– reze de la declaración de fojas 65. Arguelles entregó la llave a mi parte pasadas algunas horas y se encontraron en la cosina mui ocul– tas las especies que áparecen a fojas 56 en el momento se inventa– r iaron á fojas 58, y se depositaron en Don José de Heresa á fojas 59, había tenido Queipo, en estas circunstancias una mula ensillada t ambién ocul t a, con ánimo sin duda de ácompañar en la fuga a su
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