Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución de Huánuco, Panatahuas y Huamalíes de 1812

I De: La Revolución de Huánuco de 1812, por el Padre Domingo Angulo. En: Revista del Archivo Nacional del Perú, tomo II, entrega II, Li~a 1921, págs. 335 - 346. PLAN ACORDADO POR EL CLERO DE HUANUCO PARA PONER LA CIUDAD EN ESTADO DE DEFENSA CONTRA CUALQUIER TENTATIVA REVOLUCIONARIA QUE TRATASE DE VOLVER A PERTURBAR EL ORDEN. Señor Gobernador Intendente General en Jefe. - Don Ramón Moreno, Cura y Vicario de éda ciudad, con el más debido respeto ante U. Señoría parezco y digo: Que habiendo U. Señoría congrega– do el ocho de Junio de este presente año un cabildo público, compues– to de los vecinos y cuerpos de ésta ciudad para determinar en lo ul– terior la seguridad del lugar de todo asalto de invasión, después de haber manifestado todos su dictamen, se sirvió U. Señoría mandar que todas las corporaciones del lugar eligiesen un apoderado o re– presentante, para que a nombre de ella expusiese los medios más fir– mes y capaces de realizar la tranquilidad pública y la común segu– ridad; y siendo yo instituido por general petición representante de todo el cuerpo eclesiástico, a nombre y parecer de él, propongo a U. Señoría con verdadera sinceridad lo que resolvió dicho cuerpo: Rue para conservar la común seguridad del lugar es indispensablemente necesario un comandante militar extraño o de afuera, elegido por la superioridad con aquellas actitudes correspondientes al cumpli– miento del cargo; una asamblea forastera para la disciplina de los regimientos de éstas milicias; cien hombres, o. a lo menos cincuenta de perpetua guarnición, y aunque para el cuerpo es indiferente que sean de aquí o de fuera, lo mejor será esto último, obligáJ?-dose para que pueda verificarse la execución de lo propuesto, cada individuo del cuerpo a sufragar por su parte una cantidad anual proporciona– da a sus facultades que constará de una suscripción que se presen– tará a U. Señoría si aprueba y tiene curso el pensamiento, para ayu– da y compensativo, reponiendo su Magestad como padre universal lo que faltase a sus hijos en la parte que les toca para satisfacción del pagamento de la tropa, dando para este auxilio el Monarca dos piezas de artillería, armas y los pertrechos defensivos que su gene– rosa compasión repute convenientes para la ulterior fortaleza y res– guarqo. ¿A quien pues deberemos clamar nosotros con la más se-

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